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Gráfico Francisco Lagos La Razón
“Estamos en el buen camino. Nos vamos a Siria, luchamos por el Islam. Nos vemos en el paraíso”. Fue la nota con la que, en abril pasado, Sabina Selimovic, de 15 años, y Samra Kesinovic, de 16, anunciaron que dejaban Austria, su país natal, para sumarse a los yihadistas del Estado Islámico (EI).
Siete meses después las dos menores —buscadas por la Interpol— desean regresar a Austria al sentirse decepcionadas con el estilo de vida yihadista.
Los padres de las jóvenes relataron que, tras casarse con combatientes de la organización yihadista y quedar embarazadas, las jóvenes sufren con el trato recibido por los terroristas y desean irse de Siria.
Ambas jóvenes se volvieron en iconos de la maquinaria propagandística de los terroristas. Se presume que miembros del EI tomaron el control de las cuentas de redes sociales de ambas adolescentes, en las que se mostraban con armas y burkas, para transmitir una imagen falsa de la vida bajo el régimen y para alentar a otras jóvenes a que viajen a Siria.
Las chicas vestían a la moda, les gustaba salir de paseo y que sus amigos las visitaran en casa, lo cual no hacía sospechar de su alineamiento a las filas ultraislámicas. No obstante en redes sociales aparecieron fotografías en las cuales se les ve vestidas con un nicab —la típica indumentaria musulmana que cubre todo el cuerpo, incluido el rostro—; también se reporta la existencia de otras imágenes en las que se les ve portar rifles kalashnikovs y aparecen rodeadas de combatientes en un campo de entrenamiento para yihaidistas.
Ahora quierern volver a sus vidas normales en Austria, pero esto resultará muy dificultoso debido a las leyes que impiden sus regresos y a la fama internacional que han recibido. “El problema es que una vez que la gente sale de Austria es casi imposible regresar”, declaró el portavoz del Ministerio del Interior Karl-Heinz Grundboeck.
De acuerdo con el periódico alemán Der Spiegel las dos jóvenes —quienes fueron presuntamente reclutadas en la mezquita del Altu Alem, en Viena, por Ebu Tejma, uno de los salafistas más radicales del continente— dejaron una carta antes de desaparecer, el 12 de abril, para explicar los motivos de su partida.
Su caso de desencanto no es el primero. La semana pasada Khadija, como se hace llamar, desertó de las filas yihadistas. La mujer era maestra de primaria en Siria y se unió al EI para combatir contra Bashar el Assad. Luego se convirtió en miembro de la brigada femenina Al Khanssaa.
La mujer estaba deslumbrada por el poder que le dio la organización, pero las atrocidades cometidas diariamente por los extremistas, como las crucifixiones, y la obligación de casarse con un terrorista la llevaron a desilusionarse. “Me asusté de mi situación. Incluso me empecé a asustar de mí misma”, declaró a CNN.
Según el diario español ABC hay casos en los que los muyaihidines se sienten engañados, decepcionados o, simplemente, no aceptan inmolarse en un atentado suicida y desean regresar a sus países de origen. Son considerados traidores, así que el retorno lo deben hacer sin autorización de los cabecillas, por su cuenta. Para pagar el boleto de regreso solicitan ayuda a sus familiares o piden un préstamo.
Mujer de 40 años lidera a los kurdos en Kobane
Conocida por el nombre de guerra Narin Afrin, la mujer de 40 años está al frente de los combatientes kurdos que tratan de recuperar la localidad siria de Kobane, que desde hace tres meses pelean con los yihadistas del Estado Islámico.
El director del Observatorio Sirio de Derechos Humanos, Rami Abdel Rahman, declaró a la agencia AFP que el nombre real es Mayssa Abdo y lidera las YPG (Unidades de Protección del Pueblo, combatientes kurdos) junto a Mahmud Barjodan.
“Quienes la conocen dicen que es culta, inteligente y tranquila. Se preocupa por la fuerza mental de los combatientes y se interesa por sus problemas”, afirma a la misma agencia Mustefa Ebdi, un militante kurdo originario de Kobane.
El 5 de octubre, la combatiente kurda Dilar Gencxemis, identificada por su movimiento con su nombre de guerra, Arin Mirkan, llevó a cabo un atentado suicida provocando la muerte de al menos 14 yihadistas en los alrededores de Kobane.