Detienen a 60 en Hamburgo tras choques que dejan 220 heridos

Foto: larazondemexico

La cumbre del G-20 en el Hamburgo de Merkel ofreció ayer un dramático contraste con las dos anteriores entregas en la China de Xi y en la Turquía de Erdogan: las hordas de manifestantes antisistema europeos que pusieron a prueba los nervios de acero de las fuerzas del orden y que llegaron incluso a lanzar una bengala que por poco impacta contra uno de los helicópteros que continuamente sobrevuelan la ciudad portuaria.

Imposible un panorama más dispar que paradisíaco destino turístico de Antalya en la Turquía de Erdogan o las fantasmagóricas calles de Hangzhu, en China, donde el Gobierno de Xi desalojó casi completamente una ciudad de más de nueve millones de habitantes para que nada turbara las deliberaciones de los jefes de Estado.

Pero aunque el fuego en las calles de Hamburgo no llegó a las refrigeradas salas de la actual cita, las manifestaciones cumplieron en cualquier caso una sutil misión diplomática: mandar el mensaje de que la anfitriona Alemania - personificada en la afable sonrisa de la canciller Merkel permite la protesta y, en lugar de ahogarla, opta por contenerla.

Suya fue durante la jornada de ayer —con las palabras y los gestos— la defensa de los valores tradicionales liberales en un mundo que ha en- cumbrado a los Trump, Putin y Erdogan, dirigentes que se caracterizan por estilos de gobierno de corte más autoritario.

Todos los ojos estuvieron fijos en el residente estadounidense y en como se desenvolvía en este foro multinacional, mientras, su esposa Melania no podía salir de su residencia por el fragor de las protestas. Y es que Hamburgo fue el escaparate perfecto de en qué se ha convertido la escena internacional:

mientras los líderes asistían a una cena de gala en la Elbphilarmonie —la recién estrenada sala de conciertos de la ciudad, una maravilla arquitectonica con una acústica insuperable con la que Alemania quiere proclamar su puntera industria del diseño— las calles ardían con la feroz protesta de grupos antisistema de toda europa reunidos en la ciudad portuaria.

El ministro de Justicia alemán, Heiko Mas, lamentó los incidentes de violencia que han dejado 220 agentes de las fuerzas de seguridad heridos y más de 60 manifestantes detenidos. “Las protestas pacíficas son bien recibidas. Pero estos criminales extremistas no deben estar en las calles sino en los tribunales. Los que agreden a policías e incendian coches no merecen ninguna tolerancia”, expresó.

La situación que se vivía en Hamburgo fue tal que se hizo necesario el envió de refuerzos policiales procedentes de otras ciudades de Alemania, que en total sumaron 20 mil los desplegados.

Temas: