Los Jesuitas de la Provincia de Maryland, una orden religiosa católica con sacerdotes que sirven en el área de Washington y en ocho estados, publicaron ayer una lista de miembros de su compañía que han sido acusados creíblemente de abusar de niños desde la década de 1950.
La lista incluye a cinco jesuitas vivos, a tres más que abandonaron la orden y a cinco que murieron.
“Lamentamos profundamente el daño que hemos causado a las víctimas y sus familias. También nos disculpamos por participar en el daño que el abuso ha hecho a nuestra Iglesia, una Iglesia que amamos y que predica el cuidado de Dios para todos, especialmente los más vulnerables entre nosotros”, escribió Robert Hussey, líder de la Provincia de Maryland, en una carta que acompaña la lista detallada de nombres y acusaciones.
“El pueblo de Dios ha sufrido, y con razón exigen transparencia y responsabilidad. Esperamos que esta revelación de nombres contribuya a la reconciliación y la curación”, agrega la misiva.
Los religiosos acusados de abusar de menores sirvieron en secundarias, incluida la Gonzaga College High School, una de las más importantes de Maryland, y en instituciones de educación superior, incluida la Universidad de St. Joseph en Filadelfia, la Universidad de Scranton en Pensilvania, la Universidad Wake Forest en Carolina del Norte y varias más; también en el hospital MedStar Georgetown University, en iglesias del distrito y otras instituciones.
Gran parte del abuso detallado en los informes se remonta a más de medio siglo. Pero otras acusaciones son mucho más recientes, y la lista revela que algunos de los sacerdotes jesuitas no fueron removidos de su ministerio hasta mucho después de 2002, cuando el diario The Boston Globe publicó un reportaje con la exposición de abusos en la iglesia estadounidense.
“El pueblo de Dios ha sufrido, y con razón exigen transparencia y responsabilidad. Esperamos que esta revelación de nombres contribuya a la reconciliación y la curación”
Provincia de Maryland
Organización jesuita
De acuerdo con la lista, dos de los cinco jesuitas vivos en la lista fueron removidos de su encargo en la década de 1990; se trata de Michael L. Barber, quien se declaró culpable en 1994 de un delito sexual ese año, y de William J. Walsh, acusado de abusar de niños en el condado de Príncipe Jorge, en Maryland, y en Pennsylvania, desde la década de 1950 hasta la década de 1980.
Pero otros no fueron quitados del servicio religioso hasta mucho después de que la Iglesia Católica implementara políticas para erradicar a los sacerdotes abusivos a principios de la década del año 2000.
De acuerdo con la lista, el sacerdote Neil McLaughlin abusó de niños desde la década de 1950 hasta la de 1980. Las acusaciones llegaron desde Pennsylvania, Maryland, Georgia, Massachusetts y Nueva York, pero no fue removido del ministerio hasta 2007.
Entre los casos también resalta J-Glenn Murray, acusado de un abuso que ocurrió alrededor de 1981, pero no fue destituido del ministerio hasta 2011. Claude Ory, por su parte, se enfrentó a múltiples acusaciones de abuso sexual cuando trabajaba en Luisiana, en una secundaria jesuita hacia la década de 1970; tampoco fue removido del ministerio hasta 2007.
La Provincia de Maryland dijo que en la actualidad los cinco hombres acusados están “viviendo en un ambiente restringido con un plan de seguridad”.
También enumeró a otros seis sacerdotes que no pudieron ser investigados en su totalidad, a veces porque el sacerdote había muerto, pero que habían sido acusado y en cuyo caso la orden decía que había “una posibilidad razonable (apariencia de verdad) de que efectivamente ocurrió el presunto delito.”
Entre los cinco sacerdotes que han muerto, tres fueron removidos del ministerio antes de su muerte. Uno, acusado de numerosos delitos sexuales durante un período de más de 30 años, murió en 2004 sin enfrentar las consecuencias en la iglesia o en los tribunales. Un segundo, acusado de “un beso no deseado” en 1985, murió en 2007 sin ser retirado del ministerio.
El pasado 13 de diciembre, el cardenal George Pell, ministro de Finanzas del Vaticano y considerado el número tres del Papa, fue declarado culpable de abusar sexualmente de dos menores de edad en Australia.
La sentencia definitiva no se hará pública hasta febrero pero varios medios difundieron el fallo unánime del jurado. Se trata del mayor alto cargo de la Iglesia católica hasta ahora condenado por un delito de pederastia y una de las personas más próximas al Pontífice.