May sufre nuevo revés en su ruta para el Brexit

Foto: larazondemexico

La Cámara de los Comunes rechazó por 303 votos en contra, frente a 258 a favor, una moción con la que la primera ministra británica, Theresa May, sólo buscaba renovar el respaldo de los diputados a su estrategia para continuar negociando un Brexit.

La salvaguarda con la que se quiere evitar una frontera dura en Irlanda sigue siendo el principal escollo por el que los parlamentarios aún no ratifican el acuerdo de retirada que la premier cerró con los 27, el pasado noviembre.

La cláusula rechazada indicaba que el Parlamento “reiteraba su apoyo al plan para abandonar la UE expresado por esta Cámara el 29 de enero y tomaba nota de que el diálogo entre Reino Unido y la Unión Europea sobre el mecanismo de salvaguarda para Irlanda del Norte está en marcha”. Pero el diablo está en los detalles y los tories brexiters criticaron la redacción de la moción porque incorporaba una enmienda aprobada en la sesión de finales del mes pasado, por la cual los Comunes descartan dejar el bloque sin pacto.

Hasta el último momento, los euroescépticos pidieron al gobierno que la cambiara para aclarar que la posibilidad de una ruptura sin convenio sigue estando sobre la mesa. Pero, ante la negativa del gobierno británico, decidieron abstenerse precipitando una nueva derrota de la premier, la octava desde que empezó el debate sobre el divorcio. La humillación es más simbólica que otra cosa, pero merma aún más el liderazgo de May de cara a la UE. En definitiva, al otro lado del Canal de la Mancha tienen razones para desconfiar cuando asegura que puede conseguir, en última instancia, el respaldo de Westminster, para ratificar el pacto.

“Si bien no obtuvimos el apoyo de los Comunes, el gobierno cree que el Parlamento aún desea que obtengamos los cambios en el acuerdo para obtener el apoyo de los legisladores. Seguiremos gestionando con la UE para garantizar una salida a tiempo”

Theresa May

Primera ministra británica

Durante el debate también se votaron dos enmiendas, ninguna legalmente vinculante, presentadas por el Partido Laborista y los independentistas escoceses. La primera pedía el voto definitivo del acuerdo de retirada para antes del 27 febrero. La segunda quería posponer el Brexit, al menos por tres meses. Como se preveía, ninguna salió adelante, ya que tanto la oposición como los pro UE están preparando la artillería pesada de cara a la próxima sesión que May prometió para finales de este mes.

Antes de la votación, el ministro del Brexit, Stephen Barclay, trató de ganar el respaldo de los euroescépticos al asegurar que el gobierno ejecutará la ruptura con la UE en la fecha prevista, el 29 de marzo, aunque para entonces no se haya ratificado un acuerdo. Por su parte, May también rechazó descartar una salida no negociada del bloque, un escenario que los euroescépticos consideran una de las principales cartas británicas en la negociación con Bruselas.

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