Miles de ciudadanos israelíes salieron a las calles para sumarse a la caravana en honor a la familia Bibas y para despedir a Shiri, de 33 años, y sus hijos, de Kfir y Ariel, de dos y cinco años respectivamente, a casi una semana de que Hamas devolviera sus cuerpos.
La caravana que abarrotó la ruta para el cementerio se tiñó de azul, blanco y naranja por la bandera de la nación y el característico color de cabello de los pequeños Bibas.
Por las calles se observó a decenas de personas que acompañaron y se solidarizaron con los Bibas portando globos o playeras naranja, un símbolo de esta lucha para exigir el retorno de las víctimas más jóvenes de esta masacre y todos los rehenes en poder del grupo rebelde islámico, pues en las protestas por los cautivos había globos de ese color en honor a los pequeños que fueron secuestrados cuando tenían sólo nueve meses y cuatro años de vida; incluso en la cuenta Israel en Español destacaron que siempre estarán en la memoria de la nación al enfatizar en una publicación: “Los vemos en cada niño, pelirrojo, en casa atardecer ardiente, en cada globo naranja que vuela hacia el cielo, Shiri, Kfir y Ariel, nunca los olvidaremos”.

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En tanto, cientos de judíos más se reunieron en plazas para dedicar oraciones por el descanso eterno de los hermanos Kfir y Ariel mientras en las pantallas se compartían imágenes de los niños con el recuerdo del fanatismo del más grande de ellos por Batman.
“Siento mucho no haber podido protegerlos”
En la ceremonia privada de despedida en el cementerio de Tsoher, cerca de Nir Oz, Yarden Bibas, padre de los pequeños Kfir y Ariel y esposo de Shiri, dio un discurso emotivo en el que le ofreció una disculpa a sus hijos y a su pareja al declarar “siento mucho no haber podido protegerlos”.
El rehén liberado semanas antes de que Hamas retornara los cuerpos de su mujer y los pequeños dedicó desgarradoras palabras al recordar a su gran amor. Frente a la familia y portando un kipá naranja en honor a sus hijos y pareja recordó la primera vez que llamó a Shiri “mi amor”, momento en el que ella le dijo que no usara dichas palabras a la ligera, y ante su féretro admitió “te lo confieso ahora: ya te amaba” con la voz entrecortada.
Incluso rememoró, de acuerdo con la prensa, cómo vivieron ese 7 de octubre, pues dijo que consultar cómo reaccionar mientras se encontraban en el refugio de su domicilio y ambos coincidieron que debían luchar. Todos fueron secuestrados por los terroristas y los pequeños y su mujer no sobrevivieron. Hoy descansan sobre un lecho de flores naranjas y amarillas.
Durante la ceremonia Yarden también se disculpó con su hijo mayor por no estar ahí para él durante el largo cautiverio, pero le enfatizó “espero que sepas que he pensado en ti todos los días”, al tiempo que dijo que extrañará las sonrisas de su hijo más pequeño, quien dijo llegó a hacer aún más perfecta su familia.
En tanto, algunos familiares que también dieron mensajes por el descanso de los Bibas. Destacaron que siempre serán recordados como la familia feliz que fueron y quedarán por siempre en la memoria de todo Israel.
Tras su sepultura, el diario Times of Israel informó que Shiri, Ariel y Kfir fueron enterrados en un mismo ataúd para continuar juntos como desde el 7 de octubre, en alusión a las últimas imágenes de ellos vivos, pues cámaras de seguridad mostraron a la mujer de 33 años rodeada por terroristas mientras cargaba a sus hijos envueltos en una cobija con visible miedo.
cehr
