En un escenario marcado por la geopolítica global, el Canal de Panamá se posiciona de nuevo como punto estratégico de intereses entre potencias. La visita del secretario de Defensa de Estados Unidos, Pete Hegseth, la primera de un jefe del Pentágono a territorio panameño en décadas, confirmó no sólo la intención de Washington de reforzar su presencia en el país centroamericano, sino también la preocupación por la “influencia” de China en la región.
Durante su estancia, Hegseth advirtió que el ejército chino “tiene una presencia excesiva en el hemisferio occidental” y “opera instalaciones militares” que extienden su alcance.
- El Dato: Más DEl 40% del tráfico de contenedores de Estados Unidos, valorado en aproximadamente 270,000 millones de dólares al año, pasa por el Canal de Panamá.
“No buscamos la guerra con China. Y la guerra con China ciertamente no es inevitable. No la buscamos de ninguna forma. Pero juntos, debemos prevenir la guerra disuadiendo con firmeza y energía las amenazas de China en este hemisferio”, aseguró.

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Agregó que las empresas chinas “están apoderándose de tierras e infraestructura crítica en sectores estratégicos como la energía y las telecomunicaciones”.
El secretario de Defensa estadounidense lanzó una alerta a los gobiernos latinoamericanos: “No nos equivoquemos, Pekín está invirtiendo y operando en esta región para obtener ventajas militares y beneficios económicos desleales”.
En tanto, las reacciones de Beijing no se hicieron esperar. A través de su embajada en Panamá, el gobierno chino calificó de “chantaje” las acciones de Washington y recalcó que la decisión sobre con quién comercia Panamá es de carácter soberano. En la red social X, la embajada afirmó que Estados Unidos no tiene derecho a interferir en decisiones internas panameñas.
En cuanto a Panamá, Hegseth reafirmó que el gobierno de su país reconoce la soberanía inalienable del país sobre el Canal y sus áreas adyacentes. Esta declaración —omitida en la versión en inglés del comunicado del Pentágono, pero incluida en el documento difundido en español por el gobierno panameño— llega en un momento clave, cuando las declaraciones del expresidente Donald Trump sobre “recuperar el canal de la influencia china” encienden las alarmas diplomáticas.
“Estamos ayudando a recuperar el Canal de Panamá de la influencia comunista china”, dijo Hegseth en conferencia de prensa, donde resaltó el objetivo estratégico de su gira.
No obstante, tanto el presidente panameño José Raúl Mulino como el ministro de Seguridad Pública, Frank Ábrego, fueron tajantes: “Panamá no ha cedido ni cederá soberanía sobre la vía interoceánica, ni permitirá la instalación de bases militares permanentes”.
Entrenamiento militar. Asimismo, en el marco de la visita, se firmó un memorando de entendimiento que contempla una intensificación de los entrenamientos conjuntos entre las fuerzas armadas de ambos países. Los ejercicios se realizarán en antiguas bases estadounidenses, ahora bajo control panameño, y también en zonas selváticas del país.
La declaración conjunta resalta la cooperación bilateral en áreas como ciberseguridad, intercambio de información, ingeniería e infraestructura canalera. Además, se anunció el desarrollo de un mecanismo de compensación por los peajes que pagan los buques militares estadounidenses que cruzan el canal, bajo un esquema de “costo neutral”.
“Nuestra relación de seguridad ampliada también mejorará la cooperación cibernética, el intercambio de información, los diálogos bilaterales sobre seguridad y la infraestructura del canal”, dijo Hegseth.
NIEGAN INCUMPLIMIENTO. El gobierno panameño informó que Panama Ports Company (PPC) no pagó 1,200 millones de dólares en obligaciones derivadas del contrato firmado en 1997 y renovado en 2021. Sin embargo, la empresa negó las acusaciones y aseguró haber invertido más de 1,690 millones de dólares, que supera lo exigido por el contrato y sus anexos.
La empresa china alegó que esas inversiones fueron validadas por el propio contralor panameño en 2020 tras una auditoría oficial, y denunció que las recientes declaraciones ponen en riesgo la seguridad jurídica y el clima de inversión.

