Deportación errónea destapa controversia

Bukele: no devolveremos a un “terrorista” a Estados Unidos

El presidente salvadoreño se niega a retornar a Kilmar Ábrego García, señalado por EU de pertenecer a la MS-13; jueza federal evalúa declarar en desacato al gobierno; planean poner más cárceles

El presidente Donald Trump saluda al presidente de El Salvador, Nayib Bukele, en la Casa Blanca, ayer.
El presidente Donald Trump saluda al presidente de El Salvador, Nayib Bukele, en la Casa Blanca, ayer. Foto|Reuters

El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, descartó la posibilidad de repatriar a Estados Unidos a Kilmar Ábrego García, un salvadoreño residente en Maryland deportado por error, con el argumento que hacerlo sería equivalente a “contrabandear a un terrorista”. La declaración fue hecha durante una reunión en la Oficina Oval con el presidente Donald Trump, donde ambos mandatarios mostraron un frente común en su política migratoria.

Ábrego García, quien está actualmente recluido en una prisión de máxima seguridad en El Salvador, fue expulsado pese a contar con una orden judicial que impedía su deportación por riesgo de persecución. Sus abogados han negado cualquier vínculo con pandillas, y señalan que las acusaciones se basan en la declaración no corroborada de un informante anónimo. Sin embargo, la administración Trump insiste en que es miembro de la MS-13, acusación que Bukele también hizo suya.

  • El Dato: El fin de semana pasado, 10 personas, miembros de las pandillas MS-13 y Tren de Aragua, llegaron a El Salvador, dijo el secretario de Estado de EU, Marco Rubio.

“El Salvador no tiene facultades para devolver a Ábrego García”, afirmó Bukele con firmeza. “¿Cómo puedo introducir de contrabando a un terrorista en Estados Unidos?”, dijo ante los medios, respaldando así la narrativa de seguridad promovida por Trump, quien reiteró su intención de trasladar a más personas ilegales a territorio salvadoreño.

Durante el encuentro, funcionarios como la fiscal general Pam Bondi y el secretario de Estado Marco Rubio defendieron la postura del Ejecutivo estadounidense, señalaron que la Corte Suprema sólo exige “facilitar” el regreso si El Salvador acepta repatriarlo. “La política exterior la conduce el presidente, no los tribunales”, sentenció Rubio.

Por su parte, la jueza federal Paula Xinis evalúa si procede declarar en desacato al gobierno estadounidense por no atender la orden judicial. Mientras tanto, senadores demócratas como Chris Van Hollen y Jeanne Shaheen han cuestionado la legalidad de su detención y la política migratoria de Trump, que usa la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798 para expulsar migrantes, muchos de ellos sin antecedentes penales.

  • 72% Ha bajado la tasa de criminalidad y homicidios, en El Salvador: Trump
  • 84 Mil personas han sido encarceladas durante la administración de Bukele

El caso también evidencia el papel central de El Salvador en la estrategia de deportaciones masivas de Trump. Desde marzo, más de 200 migrantes, principalmente venezolanos, han sido enviados al país centroamericano, algunos señalados por presuntos vínculos con bandas criminales. A cambio, Estados Unidos se comprometió a financiar con 6 millones de dólares su detención durante un año en instalaciones penitenciarias como la de Tecoluca, símbolo del régimen de excepción que Bukele ha mantenido por tres años y que ha llevado a la cárcel a más de 84 mil personas.

Trump elogió a Bukele por su colaboración: “Tienen un presidente increíble”, dijo, y anunció planes para construir más cárceles en El Salvador, incluso sugiriendo la posibilidad de enviar allá a ciudadanos estadounidenses con historial criminal. “Podemos hacer cosas con él por menos dinero y con más seguridad”, afirmó, sin aclarar la viabilidad legal.

...Y le ofrece apoyo contra crimen

| Redacción

Durante un encuentro con el presidente estadounidense, Donald Trump en el Despacho Oval, el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, expresó su disposición a colaborar con EU en temas de seguridad.

“Sabemos que tienen un problema con el crimen, un problema de terrorismo, y que necesitan ayuda. Somos un país pequeño, pero si podemos ayudar, lo haremos”, afirmó Bukele, y calificó como un honor estar junto al “presidente y líder del mundo libre”.

El gesto del mandatario centroamericano refuerza su imagen como aliado estratégico en la lucha contra el crimen organizado a nivel internacional.

En El Salvador, Nayib Bukele es visto por muchos como el hombre que recuperó las calles. Su guerra frontal contra las pandillas, que incluyó la implementación de un Estado de excepción desde hace tres años y la construcción de una gigantesca prisión en Tecoluca, ha reducido la violencia. El gobierno sostiene que los homicidios han disminuido un 72%, y la popularidad del presidente sigue en niveles altos.

  • 6 millones de dólares de EU a El Salvador por mantener presos a los deportados

Pero este avance en seguridad ha llegado acompañado de la suspensión prolongada de derechos fundamentales, bajo un régimen que ha sido criticado por organizaciones internacionales y por la propia administración de Joe Biden. El Departamento de Estado de EU no obstante, recientemente actualizó su alerta de viaje a El Salvador al Nivel 1, la clasificación más baja de riesgo, reconoce una disminución significativa en la actividad criminal.

En febrero pasado, su embajadora en Washington, Milena Mayorga, insistió en que el regreso de líderes pandilleros salvadoreños desde EU es “una cuestión de honor”. A cambio, Bukele incluso ofreció albergar a migrantes venezolanos enviados por dicho país.

La compleja relación entre Bukele y Washington tiene raíces en la era Trump. Durante la administración del presidente republicano, El Salvador colaboró con los intereses migratorios estadounidenses lo que fortaleció los vínculos bilaterales. Tanto Trump como Bukele comparten una habilidad singular para dominar la conversación pública, neutralizar a sus opositores y tensar los equilibrios institucionales.

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