El ministro ruso Sergei Lavrov denunció una limpieza étnica en Siria por parte de “grupos militantes radicales”, mientras se reportaba un ataque a la base aérea de Hmeimim, clave para Moscú.
El hecho ocurre en medio de una transición tras la caída de Assad. Mientras Rusia mantiene su presencia militar, Estados Unidos y la Unión Europea levantan parcialmente sanciones para impulsar la reconstrucción.
La alta representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, Kaja Kallas, advirtió que las sanciones son “condicionales” y podrían reanudarse si el nuevo gobierno de Ahmad al-Sharaa no mantiene la paz.
Siria sigue en crisis, con 90% de su población en pobreza extrema.