El conflicto humanitario en Gaza sumó un nuevo episodio de tensión internacional tras la intercepción del barco Madleen, embarcación operada por la Coalición de la Flotilla de la Libertad que transportaba ayuda simbólica rumbo a la Franja de Gaza. A bordo viajaban 12 activistas, entre ellos la sueca Greta Thunberg y la eurodiputada francesa Rima Hassan. La tripulación, integrada por ciudadanos de 8 países, fue detenida por fuerzas israelíes en aguas internacionales, lo que provocó reacciones de condena por parte de organizaciones humanitarias y defensores de derechos humanos.
La Flotilla de la Libertad denunció que, alrededor de las 3:00 horas de la madrugada del lunes, el Madleen fue “abordado ilegalmente”, su carga confiscada y su tripulación, desarmada, “secuestrada”.
En un comunicado, Huwaida Arraf, organizadora de la flotilla, afirmó que “Israel no tiene autoridad legal para detener a voluntarios internacionales en aguas internacionales; esta detención es arbitraria e ilegal, y debe terminar de inmediato”. También circularon imágenes que mostraban a los activistas con chalecos salvavidas, arrojando sus teléfonos al mar, y sentándose con las manos levantadas mientras luces de embarcaciones rodeaban al Madleen.
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“No llegarán ”. La reacción del gobierno israelí fue contundente. El ministro de Defensa, Israel Katz, declaró que había dado instrucciones a las Fuerzas de Defensa de Israel para “impedir que la flotilla del odio llegue a las costas de Gaza”, y aseguró que “la activista Greta Thunberg y sus compañeros son propagandistas de Hamas”. El Ministerio de Asuntos Exteriores calificó el barco como un “yate selfie” y restó valor a su carga humanitaria, que incluía arroz, fórmula para bebés y medicamentos. “La ayuda será transferida a través de canales humanitarios reales”, indicó la dependencia en un mensaje publicado en X.
En su defensa, el ministerio israelí subrayó que en las últimas dos semanas más de 1,200 camiones de ayuda han entrado a Gaza desde Israel y que la Fundación Humanitaria de Gaza ha distribuido aproximadamente 11 millones de comidas. “No hace falta Instagram para ayudar. Hay formas legítimas y responsables de asistir a la población civil”, agregó el mensaje.
Greta Thunberg, reconocida activista climática, declaró antes de embarcar: “Hacemos esto porque, en el momento en que dejamos de intentarlo, perdemos nuestra humanidad. Esta misión no es tan peligrosa como lo es el silencio del mundo ante un genocidio transmitido en vivo”. Thunberg ha negado reiteradamente las acusaciones de antisemitismo y ha insistido en que su activismo busca visibilizar la situación humanitaria de Gaza, no atacar al Estado de Israel.
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Thiago Ávila, activista brasileño a bordo, denunció que los sistemas de comunicación y rastreo del barco habían sido bloqueados momentos antes de la interceptación. A través de Telegram, pidió “dar la alarma” y afirmó que aunque rodeados, “nadie estaba herido en ese momento”.
Rima Hassan, parlamentaria europea y de ascendencia palestina, también estaba a bordo. Su entrada a Israel ha sido prohibida por el gobierno de ese país. Desde la flotilla, acusó a Israel de “intentar justificar la violencia con difamaciones” y advirtió: “No nos dejaremos intimidar. El mundo nos observa”.
El bloqueo naval impuesto por Israel a Gaza se mantiene desde 2007, con el argumento de evitar el ingreso de armas a manos de Hamas. Tras los ataques del 7 de octubre de 2023, en los que mil 200 personas murieron y 251 fueron tomadas como rehenes por el Israel reforzó sus restricciones. Desde entonces, la campaña militar israelí ha dejado más de 54 mil muertos en Gaza, según las autoridades locales. La ONU estima que el 90% de los 2.3 millones de habitantes han sido desplazados y que Gaza enfrenta la mayor crisis alimentaria del mundo.