Tras muchas horas después del inicio de una maratónica sesión legislativa, el Senado de Estados Unidos aún no lograba avanzar ayer en la aprobación del “gran y hermoso proyecto de ley” promovido por el presidente Donald Trump. Sin embargo, los senadores republicanos dijeron a periodistas que estaban optimistas de que podrían votar sobre la aprobación final del proyecto de ley antes del amanecer de este lunes, informó The New York Times.
La iniciativa, que reconfigura los esquemas tributarios, expande el gasto público y autoriza aumentos sustanciales al déficit, ha provocado divisiones profundas dentro del Partido Republicano y entre la ciudadanía. La Oficina de Presupuesto del Congreso estima que esta versión añadirá 3.3 billones de dólares a la deuda en la próxima década, una cifra que ha desatado fuertes advertencias de legisladores, analistas e incluso magnates como Elon Musk.
Mientras los demócratas presentaron enmiendas sin cesar y denunciaron opacidad en el proceso, dos senadores republicanos, Rand Paul y Thom Tillis, anunciaron su voto en contra. “No tienen un plan; están improvisando”, lanzó el líder demócrata Chuck Schumer, quien acusó a sus colegas del otro bando de esconder tratos internos que podrían minar la estabilidad fiscal del país.

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- El Dato: El debate deriva en un laberinto parlamentario donde las maniobras son estrechas. Con una mayoría frágil, la posibilidad de que la legislación fracase crece con cada voto perdido.
Musk contraataca en redes. La oposición más llamativa ha venido del multimillonario Elon Musk, exaliado del presidente, quien desde la red social X ha emprendido una cruzada personal contra el paquete legislativo. “¡Los congresistas que prometieron austeridad y ahora votan por el mayor endeudamiento de la historia deberían avergonzarse!”, publicó, amenazando con financiar campañas contra ellos en las próximas primarias. Musk fue aún más duro al calificar al Congreso como un “partido único: el Partido del Cerdo Porky”, y reiteró su llamado a fundar una nueva fuerza política.
Musk, quien alguna vez lideró el “Departamento de Eficiencia Gubernamental” bajo la administración Trump, aseguró que el proyecto actual pone en peligro los supuestos ahorros obtenidos por esa oficina. Además, ha condenado la eliminación de subsidios a vehículos eléctricos, llamándola “una agresión a las industrias del futuro”.
Su disputa con Trump no sólo ha afectado el debate público, sino también a Tesla: las acciones de la compañía sufrieron fuertes caídas en los mercados, perdiendo brevemente cerca de 150 mil millones de dólares en valor antes de estabilizarse. La Casa Blanca, por su parte, ha restado importancia a las críticas y reiteró su confianza en que el Congreso “cumplirá con su deber”.
- El Tip: La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, apeló a la unidad republicana, pero incluso Thune admitió que el desenlace es incierto.
Resistencia interna. Mientras tanto, las discusiones dentro del Senado continuaron con tensiones crecientes. John Thune, líder de la mayoría republicana, admitió que aún están “tratando de aterrizar” el proyecto, mientras que la senadora Susan Collins proponía ajustes para proteger hospitales rurales. A su vez, Lisa Murkowski, otra figura clave, presionaba para evitar recortes a programas alimentarios y sanitarios en su estado.
Por su parte, el presidente de la Cámara, Mike Johnson, advirtió sobre las dificultades de reconciliar ambas versiones del proyecto entre ambas cámaras. “Convencí a mis colegas del Senado para que, por favor, mantengan esto lo más parecido a lo que ya aprobamos”, declaró, señaló que el plazo final autoimpuesto por Trump vence el 4 de julio.
La propuesta abarca más de 940 páginas e incluye recortes fiscales permanentes, exenciones para adultos mayores, beneficios para trabajadores con propinas y horas extras, y deducciones especiales para empresas. En total, implicaría recortes tributarios por 4.5 billones de dólares.
Pero también contiene medidas polémicas como un aumento del techo de la deuda en 5 billones, 350 mil millones para medidas migratorias, que incluye fondos para el muro fronterizo y camas en centros de detención, y 25 mil millones para el sistema de defensa antimisiles Golden Dome. Los demócratas denuncian que el texto prioriza el gasto militar y las deportaciones masivas por encima de la atención médica y programas sociales.
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- 350 mil millones para medidas migratorias
Votaciones sin fin. La jornada de ayer, marcada por un ritmo extenuante y votaciones sucesivas conocidas como “vote-a-rama”, se extendió hasta entrada la noche. Pese a los intentos republicanos de minimizar los efectos de la ley, varios sectores del partido muestran fisuras. Tillis, por ejemplo, denunció que la medida contradice las promesas de Trump sobre Medicaid y anunció que no buscará la reelección, tras recibir amenazas de campaña directa del presidente.
Otros senadores conservadores, como Mike Lee, Ron Johnson y Rick Scott, impulsan recortes aún más severos, que provocan advertencias del propio Trump para evitar que “se vuelvan locos”. Las enmiendas presentadas por los demócratas, como el freno a la transferencia de gastos alimentarios a los estados, no lograron mayoría.
El senador Mike Crapo, presidente del Comité de Finanzas, intentó contrarrestar la narrativa alarmista al declarar que los demócratas usan tácticas de miedo.

