Interdicciones frenan exportaciones

Cargas de petróleo en Venezuela se desaceleran; barcos cambian ruta

El anuncio de acorazados refuerza presión militar regional; Maduro rechaza amenazas y acusa de injerencia a EU; Noem exige la salida inmediata del mandatario

NICOLÁS MADURO durante una marcha para conmemorar la Batalla de Santa Inés, en Caracas, el pasasdo 10 de diciembre. Foto: Reuters

La carga de buques tanque en Venezuela registró ayer una caída significativa, en medio del endurecimiento de las acciones de Estados Unidos contra embarcaciones vinculadas al crudo venezolano y mientras Petróleos de Venezuela (PDVSA) intenta recuperar parte de su operatividad tras un ciberataque. Datos de seguimiento marítimo y fuentes del sector indican que la mayoría de los movimientos recientes se limitaron al traslado de cargamentos entre puertos nacionales, ante el riesgo para la navegación internacional.

  • El Dato: Fuerzas armadas de EU atacaron ayer una “embarcación de bajo perfil” en el océano Pacífico oriental, en el que murió una persona. Al menos 105 han muerto.

La Guardia Costera estadounidense incautó este mes un superpetrolero sancionado que transportaba petróleo venezolano e intentó interceptar otros dos buques durante el fin de semana. Uno de ellos estaba vacío y bajo sanciones, mientras que el segundo, no sancionado, navegaba completamente cargado con destino a China. Aunque Washington no ha ofrecido información actualizada sobre estas operaciones, el anuncio del presidente Donald Trump de bloquear a todos los petroleros sancionados que entren o salgan de Venezuela ha generado alarma entre armadores y operadores del mercado energético.

Por su parte, el canciller de Panamá, Javier Martínez-Acha, confirmó que el superpetrolero Centuries, que enarbolaba bandera panameña al momento de su intercepción, incurrió en violaciones a las normas marítimas. Según explicó, la embarcación alteró su nombre y desconectó su transpondedor mientras transportaba crudo fuera de aguas venezolanas. “No respetó las reglas marítimas”, declaró en entrevista televisiva, al advertir que Panamá podría cancelar el registro del buque tras una investigación.

  • 7 cargamentos han partido hacia la costa del Golfo de EU

Las recientes intercepciones constituyen el golpe más severo para PDVSA desde las sanciones impuestas en 2020 por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos contra antiguas comercializadoras de la estatal, lo que obligó entonces a recortar producción y exportaciones.

Documentos internos de PDVSA revelan que hasta ayer sólo se había entregado un cargamento de 1.9 millones de barriles de crudo pesado al buque sancionado Azure Voyager en el puerto de José. Ningún otro superpetrolero con destino a Asia tenía previsto cargar pronto. A su vez, el número de tanqueros cargados que permanecen sin zarpar aumentó en los últimos días, dejando millones de barriles atrapados en los barcos mientras los clientes exigen mayores descuentos y revisiones contractuales para asumir rutas consideradas de alto riesgo.

Datos de monitoreo de LSEG muestran que algunos petroleros que se aproximaban a las costas venezolanas para cargar crudo o entregar nafta importada optaron por suspender la navegación o dar marcha atrás, a la espera de instrucciones de sus propietarios. A estas dificultades se suma el impacto del ciberataque sufrido por PDVSA la semana pasada, que obligó a la empresa a recurrir a registros manuales y mantiene inoperante su sistema administrativo centralizado. Fuentes internas señalaron que muchos trabajadores no han recibido sus salarios a tiempo.

  • 41 millones de barriles de crudo y combustible se han exportado

REACCIONES MUNDIALES. Desde Caracas, el canciller Yván Gil denunció que las incautaciones estadounidenses violan el derecho internacional y constituyen “actos de piratería”. China respaldó esta postura al señalar que las intercepciones representan una “grave violación del derecho internacional”. Rusia e Irán también ofrecieron cooperación a Venezuela frente al bloqueo naval, según confirmó Gil tras conversaciones telefónicas con sus homólogos Serguéi Lavrov y Abás Araqchí.

En contraste, Chevron, principal socio de PDVSA en una empresa conjunta, continúa exportando crudo venezolano bajo autorización estadounidense. Este mes ha despachado siete cargamentos hacia la costa del Golfo de Estados Unidos, cada uno con entre 300 mil y 500 mil barriles. La ministra de Petróleo, Delcy Rodríguez, aseguró que Venezuela no ha interrumpido las entregas a la petrolera.

En tanto, el magnate anunció la construcción inmediata de dos nuevos buques de guerra, descritos como “acorazados”, que serán los primeros de la futura “clase Trump”. “Serán cien veces más poderosos que los existentes”, afirmó, dijo también que el proyecto busca revitalizar la industria naval de EU y ampliar la capacidad militar frente a competidores como China. El anuncio se realizó en su residencia de Mar-a-Lago.

Trump también elevó el tono contra Maduro al advertir que sería “inteligente” si decide dejar el poder y lanzó una amenaza directa: “Si se hace el duro, será la última vez que pueda hacerlo”. El venezolano respondió que un mandatario “no puede estar pensando en cómo va a gobernar a otros países” y acusó a su homólogo de dedicar gran parte de su discurso a Venezuela. “Cada presidente en lo suyo”, sostuvo.

Mas temprano, la secretaria de Seguridad Nacional de EU, Kristi Noem, reforzó la línea dura de la Casa Blanca al declarar que Maduro “tiene que irse” y que las intercepciones envían un mensaje claro contra lo que calificó como actividad ilegal. “No sólo estamos interceptando estos barcos. También estamos enviando un mensaje para todo el mundo”, afirmó.

Asimismo, en una carta dirigida a países del mundo, Venezuela denunció el “secuestro y robo” de buques con millones de barriles de crudo y alertó que las acciones incrementarán inestabilidad de los mercados energéticos. “La energía no puede convertirse en un arma de guerra ni en instrumento de coerción política”.