Desbandada militar ahonda crisis en gestión de Jair Bolsonaro

Los principales mandos militares de Brasil dieron la espalda al presidente Jair Bolsonaro tras la presunta destitución del ministro de Defensa, Fernando Azevedo, situación que agrava la crisis en el gabinete, cuando el país se enfrenta a una segunda ola de Covid y la prensa cuestiona su liderazgo para contener la pandemia.

Horas después de que se anunciara el reemplazo del general bajo el argumento de una reforma ministerial, los titulares del Ejército, Edson Pujol; Armada, Ilques Barbosa, y Fuerza Aérea, António Carlos Bermudez, dimitieron en desacuerdo con las presuntas presiones del ultraderechista e intentos de ejercer control sobre el Ejército.

Los funcionarios evidenciaron que Bolsonaro los empujó a involucrarse más en temas de Gobierno y a actuar contra las regiones que lo contradicen al aplicar confinamientos, pues en reiteradas ocasiones ha cuestionado las cuarentenas, tachando de llorones y cobardes a quienes piden medidas más severas. Ésta es la primera vez en que se registra una situación en la que las Fuerzas Armadas dejan de simultáneamente el cargo, desde la renuncia de un líder del Ejército en 1977 bajo la dictadura, y la peor crisis del mandatario.

Esta dificultad se registra cuando el país suma más de 317 mil muertes por Covid, sólo debajo de Estados Unidos en el ranking de defunciones a nivel mundial.

Estas renuncias se suman a los remplazos de las últimas semanas del ministro de Relaciones Exteriores, Ernesto Araújo, señalado por legisladores como culpable de los retrasos en la compra de vacunas, supuestamente por dañar la relación con China y Estados Unidos; y el de Salud, Eduardo Pazuello, con lo que suma cuatro funcionarios sanitarios desde que comenzó la pandemia. Los otros ajustes incluyen reubicaciones entre representantes de Justicia, la abogacía general de la República y la secretaría de Gobierno.

Además, el mandatario es presionado por el Congreso que exige un cambio de timón para enfrentar este virus, con medidas más rígidas, ante los bajos niveles de inmunización.

REPUNTA MORTALIDAD DE INTUBADOS

En la segunda ola de Covid, la letalidad alcanzó los peores niveles con 83 por ciento desde el inicio de la pandemia, con lo que en poco más de medio año la incidencia subió cinco puntos porcentuales, al compararlo con datos publicados por la revista The Lancet.

La Fundación Fiocruz detalló que recabaron cifras desde el 15 de febrero de 2020 y que dicha incidencia es mayor en regiones pobres, con hasta 90 por ciento.

Este incremento significativo es evidente en hospitales que no se dan abasto y tienen que entubar a pacientes incluso fuera del área de cuidados intensivos.