Elecciones en la OEA marcan otra lucha ideológica

Las intenciones de reelección del actual secretario general de la OEA, Luis Almagro, en medio de una profunda e histórica lucha de bloques en América, aviva la polarización en el continente, cuando al menos dos bandos debaten por apoyar al consenso de Washington o a la pujanza progresista que configuran países como México y Argentina, con el apoyo de la Comunidad del Caribe.

Almagro ha sido criticado, principalmente por México, por abandonar su papel de árbitro y politizar la figura del secretario general. El diplomático uruguayo, apoyado por Estados Unidos, se ha mostrado abiertamente en contra del gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela y a favor del nuevo gobierno boliviano, que para algunos países de la región, se originó de un golpe de Estado patrocinado por la OEA.

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Los críticos de Almagro apuestan ahora por María Fernanda Espinosa, una ecuatoriana que no cuenta con el respaldo de su país, pero sí por el de México y Argentina, quienes la ven como una alternativa potencial.

Varios de los representantes del Caricom ya se pronunciaron en contra de la reelección de Almagro. Si el Caribe vota en bloque, como acostumbra, podría garantizar la victoria de Espinosa en primera vuelta. Pero este escenario ahora mismo parece difícil. La pugna entre Almagro y Espinosa puede estar reñida y el resultado dependerá del cambio de sentido del voto de algunos países.

El próximo 20 de marzo se realizará en Washington, Estados Unidos, la elección para determinar quién dirigirá la Organización de los Estados Americanos (OEA) por los próximos cinco años.

Para que exista un ganador, uno de los candiodatos deberá conseguir 18 votos durante el proceso comicial, que incluirá la participación legal de 33 países de la región, excluyendo a Cuba.

Espinosa, quien fue presidenta de la Asamblea General de la ONU y excanciller de Ecuador (2017-2018) ha destacado que en caso de ser elegida nueva secretaria general, firmará un código de ética que la comprometa a anclarse a la imparcialidad, un factor que, afirma, no tiene Almagro.

“Este código debe recoger cuáles son las responsabilidades de un secretario general, de servir, orientar y asesorar a los Estados. Ofrecer información imparcial, técnica y de calidad para que estos tomen las decisiones”, agregó Espinosa.

La candidata también ha acusado al actual secretario de gestionar una organización. “Monotemática” porque “solo piensa en Venezuela”. Y destacó que otras asociaciones como el Grupo de Lima o el Grupo de Contacto no son efectivas en resolver la crisis política en el país sudamericano.

El dato: La inclusión de la Venezuela de Guaidó también provocó una fractura entre los países del organismo, pues algunos no reconocen al líder.

Espinosa no cuenta con el apoyo de su país, ya que el mandatario Lenín Moreno respalda a Almagro. Aunque es una votación secreta, Ecuador se suma a Colombia y EU en su apoyo al actual secretario.

La diplomática ha levantado la bandera de la no injerencia en asuntos internos de los países miembros de la organización. Esto sería un giro radical frente a lo que han sido los últimos años gestionados por el uruguayo.