Gobernadores y activistas elevan presión migratoria

Los gobernadores de Texas, Greg Abbott, y Florida, Ron DeSantis, y organizaciones civiles presionan al presidente Joe Biden parar reforzar la lucha migratoria; mientras los primeros dos demandan contener a estos grupos, activistas empujan acciones en favor de quienes buscan asilo.

Los republicanos, principalmente el de la entidad con más cruces fronterizos con hasta 53 por ciento en el inicio del año fiscal, aprovecharon la reunión trilateral que Biden sostuvo ayer con sus homólogos de México, Andrés Manuel López Obrador, y de Canadá, Justin Trudeau, para pedir mayores controles.

Abbott exigió ser más agresivo con México para ayudar a detener a miles de extranjeros que avanzan a la frontera, responsabilizando a la nación vecina por la carga en la zona, y ratificó que ante la falta de respaldo Texas seguirá siendo “la primera y última línea de defensa de la frontera”, mensaje que publicó en redes sociales con fotografías de la seguridad, estrategia que recuerda a cuando armó “su muro de acero” con patrullas.

Previamente, quien busca la reelección pidió en una carta al presidente que comprometa al gobierno mexicano a reforzar la seguridad de su lado para frenar “el flujo continuo de ilegales”.

En tanto, su compañero de partido DeSantis se lanzó contra las políticas de la gestión Biden al advertir que en vez de poner un alto a los cruces, admite a indocumentados y los envía en vuelos clandestinos a otras entidades.

Sostuvo que el gobierno oculta “en el fragor de la noche” este traslado clandestino, pues sostuvo que de dichos vuelos no se notifican a su estado, declaración respaldada por legisladores aliados. En tanto, funcionarios y medios locales recordaron que este tipo de operaciones, por logística y seguridad, se realizan desde hace tiempo y hasta el exmandatario Donald Trump recurrió a éstas.

En torno al tema del que poco habló Biden en su encuentro con López Obrador, el diario The Wall Street Journal reveló que integrantes del gabinete piden una revisión de políticas, pero hay dos rutas contrarias que impiden avanzar.

Y es que, pese a acumular dos meses con reducción de arrestos en la frontera según la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés), hay un grupo que, reiterando que heredaron un sistema roto, insiste en apretar la vigilancia y aprehensiones. No obstante, hay otra ala que promueve facilidades en los trámites de asilo, plan que cuenta con el apoyo de grupos de defensa migratorio, para garantizar oportunidades.

A dos meses de que Biden cumpla un año en la Casa Blanca no hay claridad sobre cuál es la vía que seguirán ante el asedio de nuevas caravanas.

Por ello, unas 40 organizaciones promigrantes demandaron al mandatario aprovechar el diálogo con México para cumplir las promesas de campaña en la materia y terminar con las expulsiones, como lo demandaron en septiembre pasado, tras denunciar las inhumanas repatriaciones de haitianos, pese a que su nación está en crisis.

Advierten que si no atiende sus reclamos, pues recriminan que el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) retome políticas de la era Trump para rechazar a solicitantes de refugio, su gestión se verá “manchada” por discriminar a migrantes de raza negra e indígenas.

En una carta, activistas ratificaron, tras la irrupción e instalación de un megacampamento en Del Río, el rechazo a las políticas indiscriminadas por razones raciales, argumentando que no hay una “selección de elegibilidad de por medio”.

Por ello, el líder de America’s Voice, Frank Sharry, resaltó el impulso que se puede dar desde el Congreso a quienes buscan legalizar su estancia en EU tras años de vivir en el país, a través de la Ley BBB (Build Back Better), aunque reconoció que ésta podría quedarse corta.

DUDAN DE PODERÍO DE HARRIS

La vicepresidenta Kamala Harris, encargada de contener los flujos migratorios y quien se unió a la reunión trilateral de ayer, fue cuestionada en torno a su labor al señalar que ha sido relegada de funciones y por la crisis migratoria hay tensiones en la Casa Blanca.

En entrevista televisiva, Harris se dijo satisfecha con lo que han logrado en casi un año de gobierno; sin embargo, insistió que aún “queda mucho por hacer”, tramo en el que no contará con su vocera, pues Ashley Etienne, dejará su puesto antes de que termine el año, según revelaron varios medios, lo que abre de nuevo el debate sobre las diferencias en su cargo.

Y aunque en un inicio rechazó hablar del tema, sólo respondió que no se siente desaprovechada por no acaparar los reflectores como la segunda al mando en el gobierno de Biden.