Huelga contra reformas de Temer incendia Brasil

Huelga contra reformas de Temer incendia Brasil
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Los manifestantes incendiaron autobuses, bloquearon avenidas y se enfrentaron con la policía ayer durante una huelga general que paralizó el transporte en muchas ciudades de Brasil.

El objetivo del paro era protestar contra una amplia reforma a la ley laboral y al sistema de pensiones que está siendo examinada en el Congreso, pero también mostró en forma cruda la ira de muchos brasileños hartos de la corrupción y preocupados por el futuro en medio de una profunda recesión y desempleo creciente.

En Río de Janeiro, tras horas de enfrentamientos con la policía frente al edificio legislativo, varios autobuses fueron incendiados. En Sao Paulo, miles de personas marcharon rumbo a la residencia del presidente Michel Temer, arrojándoles piedras a los policías que dispararon granadas aturdidoras cuando los inconformes intentaron superar las barricadas colocadas por los agentes.

Millones de personas permanecieron en casa, ya sea en apoyo de la huelga o simplemente porque no pudieron desplazarse a su trabajo. El hecho de que decenas de miles hayan salido a las calles genera interrogantes sobre si Temer podrá impulsar sus propuestas en el Congreso, donde anteriormente parecían tener probabilidades de ser aprobadas.

El gobierno de Temer argumenta que las normas laborales más flexibles reanimarán a la economía moribunda, y advierte que, si no se hacen cambios, el sistema de pensiones se irá a la bancarrota. Los sindicatos y otros grupos convocaron a la huelga, por considerar que los cambios que el Congreso analiza harán demasiado vulnerables a los trabajadores y les quitarán muchas prestaciones.

En un comunicado por la noche, Temer dijo que los manifestantes que bloquearon carreteras y calles eran “grupos pequeños”. Indicó que su gobierno trabaja para ayudar a los trabajadores brasileños a superar los problemas económicos del país.

Horas antes, la mayor parte de los trenes suburbanos y las líneas del metro dejaron de operar en Sao Paulo durante lo más álgido del tránsito matutino, y todos los autobuses permanecieron estacionados. En Río, los autobuses ofrecieron un servicio parcial durante la mañana, pero posteriormente comenzaron a operar normalmente. El metro de la capital Brasilia estuvo cerrado todo el día.

Algunos manifestantes también erigieron barricadas y encendieron fogatas en las calles, incluidas algunas que llevan a los principales aeropuertos en Sao Paulo. En Río, los manifestantes sembraron la confusión al atravesar corriendo el aeropuerto Santos Dumont, y otros cerraron una avenida importante.

Algunos mecánicos de aviones se sumaron a la huelga general, según el Sindicato Nacional Aeronáutico, pero con mínimas consecuencias, ya que sólo un reducido número de vuelos se canceló.

“No tenemos una huelga, tenemos disturbios en todas partes”, dijo por su parte el ministro de Justicia, Osmar Serraglio, a radio Joven Pam.

“No es una huelga nacional porque el comercio funciona, las industrias funcionan”.