Rusia ahonda daño; asume territorio y controla granos

Los fuertes combates en Severodonetsk dieron una ligera victoria a los invasores que se apoderan de más territorio ucraniano y obligan a los defensores a reubicar sus bases a las afueras de la zona, mientras siguen los hallazgos de más víctimas provocadas por el ejército de Vladimir Putin.

Las fuerzas armadas ucranianas admitieron que ante los continuos bombardeos tuvieron que retroceder, lo que permitió a los soldados enemigos afianzarse en una de las regiones “calientes” de Donbás, donde un día antes los rusos aseguraron que ya controlaban hasta 90 por ciento de ésta. Además, con otro sitio bajo control ya buscan extender su poderío a otros puntos cercanos, por ello redobló esfuerzos contra Lisichansk, para abrirse paso rumbo a Kramatorsk.

Pese a la presunta derrota, los defensores aseguraron que se reubicaron en zonas fuertes para reorganizar su estrategia y recuperar el territorio desde las afueras, única zona a la que tienen acceso de momento, aunque el Kremlin se jacta de dejar severamente diezmadas a esas tropas.

Al respecto, el presidente Volodimir Zelenski admitió que la situación es cada vez más complicada, pues prácticamente es el nuevo epicentro del campo de guerra de la región separatista, pero advirtió que no se darán por vencidos en honor a los miles de soldados y civiles que han perdido la vida a manos de los rusos.

Por separado, el gobernador de Lugansk, Sergi Gaidai, dijo que ese repliegue no implica un abandono, pues la lucha continua, pese a que los ocupantes tienen mejor armamento, lo que complica la batalla si no cuentan con las herramientas, mismas que siguen llegando de naciones aliadas, tras nuevas exigencias del gobierno asediado. Y recordó que sus fuerzas son atacadas cada hora por aire y con artillería y ahora podrán ver el panorama desde otro punto para redefinir su defensa, pues en más de 100 días han logrado hacer retroceder a los invasores en dos zonas claves: Kiev y Járkov.

Además, líderes del Kremlin reportan avances dentro y fuera del campo de batalla, pues se confirmó que al menos mil soldados ucranianos fueron trasladados a Moscú como parte de una presunta investigación en su contra, lo que representa la mitad de los que se rindieron en Azovstal y que Zelenski denunció estaban en calidad de prisioneros.

La agencia TASS detalló que dichos traslados se realizaron en el día 105 de guerra y entre los desplazados habría británicos que se unieron a las fuerzas ucranianas; dichas acciones exponen un cambio de planes, pues hace unas semanas los prorrusos advirtieron que los juzgarían y condenarían a pena de muerte en Ucrania, en respuesta a las sentencias decretadas por la justicia de Kiev contra al menos tres de sus combatientes por ejecuciones y violaciones.

Y es que en la región cada día hallan más cuerpos en las zonas abandonadas por los rusos; tan sólo en las últimas horas se confirmó el hallazgo de 100 cadáveres en Mariupol, que fue foco de los ataques del invasor en las últimas semanas hasta que tomaron control de la planta siderúrgica de la región portuaria.

Autoridades no descartan que esos escenarios se repitan como sucedió en Bucha y Borodyanka con cientos de fosas.

En tanto, otros sectores invasores, respaldados por fuerzas prorrusas, se centran en el control de recursos como cereales, mismos que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha exigido a Rusia no obstaculizar ante el temor de provocar una severa crisis humanitaria.

En medio de nuevos combates, el gobierno de Putin ofreció crear al menos cuatro rutas para exportar los granos a partir de esta misma semana, condicionando las exportaciones a través de zonas controladas como Mariupol y Berdiansk o desde Crimea, a donde se presume han sido enviadas toneladas de granos para garantizar el control total de los mismos ante la escasez.

En este tema, el canciller ruso, Serguéi Lavrov, sostuvo que harán todo lo posible por mantener las entregas de productos agrícolas de ambas regiones, pero dijo que para ello deben contar con garantías de seguridad por el arribo de barcos extranjeros a las zonas portuarias, esto a unos días de que el Kremlin ordenara su retiro del Mar Negro y el Mar Azov. Y minimizó las críticas por la falta de granos al asegurar que éste apenas representa uno por ciento de la producción mundial de cereales, por lo que el impacto no es como Occidente lo pinta.

Sin embargo, la Unión Europea (UE) se lanzó contra ese régimen al señalar que se aprovechan de cualquier situación para negociar a su favor en un conflicto bélico que ellos mismos detonaron y ahora convierten los alimentos en otra arma de guerra. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, sentenció que sólo se trata de una estrategia rusa de “arsenal de terror” para tratar de ganar posiciones.