Acusan que buscan otro Azovstal

Rusia enfoca ataques contra planta química

Autoridades ucranianas denuncian que hay hasta 500 civiles en las instalaciones que fueron incendiadas, entre ellos 40 niños; los invasores impiden apoyo a la resistencia al destruir un puente en Severodonetsk

Fuerzas rusas redoblan vigilancia en zonas costeras como Mariupol, ayer.
Fuerzas rusas redoblan vigilancia en zonas costeras como Mariupol, ayer.Foto: AP
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Las tropas rusas intensificaron sus ataques por el control en Severodonetsk al bloquear salidas y accesos y reforzar la embestida contra plantas industriales de la región, lo que recuerda el asedio en la siderúrgica de Azovstal y nuevas advertencias de Occidente de que todo el este ucraniano podría quedar bajo poder del enemigo.

Ante las afirmaciones de las fuerzas defensoras de que esa zona aún no está perdida, los invasores extendieron sus ataques en el que se ha convertido en el nuevo epicentro de la guerra en el Día de Rusia o de la Patria.

Ayer éstos conmemoraron el inicio de su historia como país tras la caída de la Unión Soviética, esta vez desde el territorio ocupado desde finales de febrero pasado. Incluso, en zonas como Zaporiyia los ocupantes izaron banderas rusas para mostrar a quienes aún resisten la derrota de los suyos.

Los soldados rusos y prorrusos destruyeron un puente que daría una ruta de escape a los militares de Volodimir Zelenski y que conecta con una ciudad del otro lado del río, con lo que también obstaculizan los posibles retornos de combatientes aliados y la entrega de ayuda humanitaria y abasto de equipo, luego de que en días pasados el ejército local reportó un reagrupamiento en las afueras de ese punto.

No veo ningún motivo, ningún requisito para que tome una decisión (de indultarlos)

Denis Pushilin
Líder separatista de Donetsk

En medio de este fuerte asedio, líderes ucranianos en la zona denunciaron que uno de los nuevos blancos en estos bombardeos es la planta química de Azot, que podría convertirse en la nueva imagen de resistencia, a unas semanas de la caída y rendición de cientos de militares.

En este lugar, según el jefe militar de Lugansk, Sergi Haidai, hay alrededor de 500 personas refugiadas, entre ellas unos 40 niños, y descartó que los soldados del Kremlin ya hayan tomado control de ésta, considerada la última provincia ucraniana en la zona, al señalar que siguen los combates mano a mano en las cercanías de ese lugar.

Dicho grupo se habría adentrado en las instalaciones ante los avances de los rusos que ocasionaron este fin de semana un incendio en la zona, pese al riesgo por las sustancias que se manejan en este lugar, mientras éstos atacan regiones cercanas como Lisichansk, donde asesinaron a una mujer y destruyeron al menos cuatro viviendas y un centro comercial.

También arrecian bombardeos en puntos cercanos como cuarteles de la Policía en Melitopol, una subestación eléctrica en Berdyansk, supuestas bodegas de armamento extranjero en Ternopil, cerca del mar Negro, y zonas limítrofes de Mariupol.

Ante esta intensificación, Zelenski recalcó que la única manera en que continuará la resistencia, de la que se dijo orgulloso, es que tengan las armas suficientes de parte de sus aliados, pues se vislumbra un conflicto muy largo, hecho que ha confirmado el Instituto para el Estudio de la Guerra, pues los rusos apuestan por desarmar y liberar la zona que reconoció como independiente. Agregó que sus fuerzas han dado una batalla ejemplar, pues los invasores pretendían a finales de mayo que el Donbás sería totalmente suyo y, pese a reforzar la lucha, aún no logran hacerse del control total tras más de 100 días.

Y aunque dijo que no se puede anticipar una fecha para el fin de la guerra, ratificó que lograrán que el Kremlin y aliados de éste “lamenten todo lo que han hecho”, mientras la justicia local busca más sanciones contra los ocupantes capturados y acusados de crímenes de guerra.

Asimismo, sostuvo que harán lo posible por recuperar a todos los suyos detenidos incluyendo aliados, como los tres extranjeros que fueron condenados la semana pasada por un tribunal ruso a cadena perpetua.

Pese a los intentos de Ucrania porque éstos sean entregados, líderes prorrusos aseguraron que no habrá negociación en la materia. Los cabecillas de la región del Donbás descartaron cualquier entrega al sostener que no hay motivos para indultar a quienes son responsables de la muerte de varios civiles, mientras que Gran Bretaña, de donde son originarios dos de los imputados, aseguró que los suyos deberían estar protegidos de juicios, pues sólo participaron en defensa de las hostilidades, según las Convenciones de Ginebra.

Y las familias de éstos rechazaron los señalamientos de que sean “mercenarios”, pues declararon que son residentes de Ucrania desde antes de la guerra.