Rusia justifica ataque y encara nuevo revés

Rusia descartó que su ataque en Kremenchuk estuviera dirigido a civiles, como acusó el gobierno de Ucrania, y justificó el lanzamiento de misiles al asegurar que el objetivo era destruir un blanco militar, mientras que la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) se fortalece, pues Turquía retiró su veto a la posible adhesión de dos naciones.

Según el Ministerio de Defensa del Kremlin se detectó que en un inmueble cercano a la plaza almacenaba armas y equipo enviado por gobiernos aliados, por lo que dirigieron su ataque a ese lugar, sin contemplar que las municiones resguardadas detonarían alcanzando el inmueble que quedó totalmente destruido, según la evidencia, y en donde fallecieron 18 personas.

Y en medio de las condenas mundiales, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, demandó a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) investigar de manera urgente este ataque.

Durante su participación en la reunión del Consejo de Seguridad, para evaluar la nueva ofensiva contra civiles, luego de que Rusia intentara desligarse de la autoría del incidente, el líder defensor solicitó a integrantes del organismo visitar la región para ver de primera mano, y no a través de informes locales, el daño causado por lo que el Kremlin calificó de daño colateral.

Zelenski enfatizó que se trató de “un ataque con misiles”, esto mientras medios locales difundieron videos del momento en que se incendió el centro comercial, en donde hasta ayer seguía la búsqueda de posibles víctimas.

Pese a la nueva polémica tras más de cuatro meses en guerra, el vocero ruso, Dmitri Peskov, minimizó los señalamientos y recordó a líderes de Kiev que la única manera de terminar con los incidentes es cumplir con las condiciones marcadas para dar paso a una nueva negociación y cese del fuego, hecho que Zelenski ha negado rotundamente ante el agravamiento de las tensiones con miles de muertos a cuestas, entre civiles y soldados.

Incluso éste reiteró que el ejército invasor debe rendir cuentas por las atrocidades y actos terroristas perpetrados, como definió el bombardeo en Kremenchuk, mientras refuerzan la defensa en otras zonas atacadas.

Horas después, la OTAN dio un nuevo golpe al gobierno ruso, pues, pese a la negativa de Turquía de nuevas adhesiones, el mandatario Recep Tayyip Erdogan cedió en sus peticiones y acordó que respaldará las solicitudes de Finlandia y Suecia.

Luego de semanas de intentar negociar, el líder condicionó la posible entrada de estos gobiernos a que los mismos cooperen en su lucha contra grupos rebeldes, luego de recriminar que ambas naciones se comportaran con abierta tolerancia hacia actos violentos cometidos por combatientes kurdos. Incluso, la presidencia turca destacó un paso importante para combatir a “organizaciones terroristas”.

Tras la confirmación, el secretario de la OTAN, Jens Stoltenberg, adelantó que hoy mismo formalizarán la invitación para que se sumen a la alianza estratégica, hecho que dijo contará con el respaldo total de los miembros para unir esfuerzos ante la amenaza rusa.

Éste no fue el único revés para Rusia, pues aunque dicho gobierno confirmó su asistencia a la reunión del G-20 de noviembre próximo, ese órgano rechazó la presencia de Putin en el encuentro.

Argumentaron que ante la guerra, que de continuar para esas fechas se acercaría al año en disputa continua, es claro que la sola presencia del líder del Kremlin generará incomodidad para otros invitados, como Zelenski, y los que repudian el conflicto, por lo que exhortó a esa nación a mejor optar por enviar una representación diplomática o a su canciller.