Critica mediación a 2,500 km de distancia

Ucrania repudia el llamado del Papa y rechaza negociar

Sin aludir al líder católico, Volodimir Zelenski niega izar “bandera blanca” ante Rusia; insiste que el rival es el que intenta destruirlos con su “locura rusa”; líderes cuestionan a la Iglesia si un plan así se analizó con Hitler

Fieles católicos ondean una bandera ucraniana en la Santa Sede, ayer, tras el mensaje del Papa en torno a la guerra.
Fieles católicos ondean una bandera ucraniana en la Santa Sede, ayer, tras el mensaje del Papa en torno a la guerra.Foto: AP
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La sugerencia del Papa Francisco de izar la “bandera blanca” ante Rusia encendió el ánimo y generó malestar en Ucrania al descartar negociar con el invasor y cuestionar al Vaticano si se habría planteado ese escenario con el dictador Adolfo Hitler.

La difusión de la entrevista en la que Francisco I afirmó a Radio Televisión Suiza (RSI, por sus siglas en italiano) que negociar no debe avergonzar irritó a la alta esfera política y religiosa, pese a que aboga repetidamente por la paz, pues se inclinó por la derrota local y pareció alentar al régimen de Vladimir Putin.

La dura respuesta la encabezó el mandatario, Volodimir Zelenski, quien enfatizó que el conflicto lo provocó el saboteador ruso en 2022 y a dos años de la guerra ése sigue dañando miles de viviendas y templos, convertidos en ruinas por el impacto de los proyectiles del Kremlin, escenario que, dijo, “habla muy elocuentemente de quién tiene que parar” para recuperar la paz.

Sin aludir al Pontífice, pero sí a la religión, el defensor alabó en un discurso la valentía de sus Fuerzas Armadas, reforzadas por capellanes, quienes desde la declaratoria de guerra dejaron de lado su vocación por la defensa de la nación y de la humanidad.

En un fuerte mensaje criticó al Pontífice argentino y a la Iglesia que insinúa una mediación lejana “a dos mil 500 kilómetros de distancia”, en referencia a la separación con el Vaticano, a diferencia de las figuras religiosas que sí apoyan a su gente, pues mencionó que lo respaldan cristianos, musulmanes, judíos y más, para proteger a la nación de “la locura rusa (que) debe perder esta guerra”, lo que recuerda que ayer inició el Ramadán, conmemoración musulmana.

Asimismo, el mandatario ucraniano elogió a quienes “hacen todo lo posible para salvar vidas” en el campo de batalla y que desde el día 1 les dedican sus oraciones, un franco golpe al Papa.

También refrendó que su ejército, arropado por “la bandera azul y amarilla”, ha frenado a los invasores, para evitar que éstos avancen hacia Europa, recalcando la amenaza que prevalece contra su soberanía, otros territorios y la seguridad mundial. Por ello, insistió otra vez en la necesidad de contar con armas y municiones para derrotar al régimen que ha devastado Ucrania, al provocar miles de bajas, entre civiles y militares, mientras que sus tropas ya eliminaron a casi 180 mil rusos y se siguen defendiendo, al derribar 150 de hasta 175 drones lanzados tan sólo en marzo.

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El Ejecutivo europeo recordó que sólo de la mano de aliados, quienes han prometido sistemas de defensa aérea, su pueblo se acercará a la paz, para vencer a “quien quiere destruir” todo rastro de Ucrania y minimizó la propuesta del Papa, pues no existen condiciones para dialogar con el rival, lo que recuerda que Moscú se anexó cuatro territorios (Donetsk, Lugansk, Jerson y Zaporiyia) y se niega a devolverlos.

Crítica que replicaron otros líderes. Tal es el caso de su ministro de Exteriores, Dimitro Kuleba, quien a través de su cuenta de X exhortó al Pontífice a no repetir errores del pasado y ponerse del lado del bien, en referencia a la época nazi en la que la Iglesia evitó hablar del Holocausto cometido entre 1941 y 1945, cuando lideraba el Vaticano Pío XII.

El líder recriminó que nuevamente se les iguale con el agresor, como lo han hecho otros, pues refrendó tal como dijo Zelenski que su pueblo sólo conoce una bandera, la amarilla y azul “por la que vivimos, moriremos y triunfaremos”.

E instó al Papa Francisco a hallar espacio en su agenda para “una visita apostólica”, como ya lo han hecho mandatarios como Joe Biden (Estados Unidos), Emmanuel Macron (Francia), Giorgia Meloni (Italia) y Pedro Sánchez (España), entre otros.

A su reclamo se sumaron el embajador ucraniano en la Santa Sede, Andri Yurash; el ministro de Exteriores polaco, Radoslaw Tomasz Sikorski, y hasta el arzobispo Sviatoslav Shevchuk. Los primeros dos cuestionaron airadamente si durante la Segunda Guerra Mundial se pensó seriamente que negociar con Adolfo Hitler, autor del mayor exterminio en el mundo, era una opción, mientras que el último dijo que, pese al agotamiento de las fuerzas ucranianas, en sus planes no está rendirse.

Tras la severa agitación, el Vaticano aclaró que el mensaje de Francisco I intentó promover una salida diplomática al admitir que “es más fuerte quien ve la situación, piensa en el pueblo y tiene el valor de la bandera blanca, negociar”.

En una publicación del portal Vatican News se enfatizó que no hizo referencia a una rendición. Incluso, el vocero Ma-tteo Bruni especificó que el Papa sólo abogó por una solución pacífica y el término “bandera blanca” lo usó para retomar la pregunta al asegurar que con apoyo de las potencias que apoyan económica y militarmente a Ucrania es posible allanar el camino de la paz, no sin antes recordar que Francisco I externó en varias ocasiones su apoyo al pueblo atacado, como lo ha hecho con Gaza.