UE resiste al auge de euroescépticos en los comicios más grandes del planeta

UE resiste al auge de euroescépticos en los comicios más grandes del planeta
Por:
  • la_razon_online

La Unión Europea (UE) resistió al avance de los movimientos de ultraderecha, que amenazan con acabar con la integración del continente en las elecciones del Parlamento Europeo, que concluyeron ayer, tras abrirse las urnas, el pasado 23 de mayo.

El vencedor fue el Partido Popular Europeo (PPE), de inclinación centro derecha, que perdió la mayoría absoluta que sumaba desde hace 40 años, por lo que necesitará apoyo para contener a los euroescépticos que lograron colarse en la Eurocámara, en escaños de países clave: Francia, Italia, Reino Unido y Polonia.

Al cierre de edición, la proyección de escaños daba 178 al PPE (que tuvo 221 en 2014), frente a 152 de los izquierdistas Socialistas y Demócratas (S&D), la segunda fuerza más votada (logró 191 en 2014). Los partidos de extrema derecha se quedaron con 168, es decir, 25 por ciento de la Eurocámara, que tiene 751 espacios.

De esta manera, la Unión Europea dio un suspiro de alivio al no lograrse el temido 33 por ciento que, según varios sondeos, apuntalaban una gran victoria para los populistas radicales, que anhelaban la idea de echar abajo la maquinaria legislativa de Bruselas.

El grupo liberal ronda los 108 diputados (frente a los 67 que obtuvo en 2014), lo que le permitiría convertirse en una  fuerza atractiva para formar alianza entre conservadores y socialistas.

Los Verdes, de centro izquierda, se quedan con 67 escaños (obtuvieron 50 en 2014), un resultado que también les permite presentarse como complemento para una mayoría estable.

Según los resultados oficiales, en España, el izquierdista PSOE se convierte en la fuerza más votada, con 32 por ciento de apoyos, equivalente a 20 escaños.

El ascenso de las fuerzas euroescépticas se vio frustrado en Alemania y eliminado en Holanda y Austria, gracias, en parte, a una participación ciudadana que por primera vez en 40 años de elecciones comunitarias se disparó al alza; sin embargo, los resultados de la votación arrojaron una Cámara sin mayorías nítidas.

A la ya declarada dimisión de la primera ministra de Reino Unido, Theresa May, se suma el adelanto de elecciones en Grecia y la amenaza de bloqueo político en Bélgica tras las elecciones generales celebradas al mismo tiempo que las europeas. La mala suerte de los socialistas en Alemania también abre la posibilidad de un adelanto electoral en Berlín.

La caída de la abstención, que marcó un récord de 56.2 por ciento en 2014, parece confirmar el efecto catalizador del Brexit, que destapó el riesgo real de desintegración del bloque europeo, que aún sueña con incluir a los países de los balcanes.

La masiva afluencia en países que antes fueron euroescépticos dejó atrás el miedo de un mayor alcance de la ultraderecha; en Dinamarca, por ejemplo, se superó el 60 por ciento de participación.

De acuerdo con el diario El País, el atractivo de las urnas también aumentó gracias a las campañas que emprendieron por todo el continente políticos de renombre regional, como el presidente de Francia, Emmanuel Macron, quien abrazó la bandera proeuropea, y el vicepresidente del gobierno italiano, Matteo Salvini, como cabeza de los euroescépticos. En varios países, como España, la participación se vio estimulada por la coincidencia de las europeas con otros comicios locales.

“Me complace anunciarles que la primera estimación sobre participación apunta a la cota más alta en 20 años y al primer aumento significativo desde las primeras elecciones en Europa, en 1979”, dijo el portavoz oficial del Parlamento, Jaume Duch. Los datos apuntan a una participación de 50.5 por ciento, el mejor dato desde 1994 (56.7 por ciento) y muy por encima del 42.6 de hace cinco años.

Sin embargo, las mayores elecciones trasnacionales del mundo, con más de 425 millones de potenciales votantes, dejaron claro el evidente descontento en grandes capas de la población, que se hizo patente a través de formaciones que abogan por la ruptura con la UE (como el nuevo Partido del Brexit en Reino Unido) o por recortar drásticamente las competencias de las instituciones comunitarias: como la Lega de Salvini en Italia, el PiS de Jaroslaw Kaczynski, en Polonia, o el Fidesz de Viktor Orbán en Hungría.

El resultado también revela el desgaste de las dos grandes familias políticas (democracia-cristiana y socialdemocracia), pilares del proyecto europeo durante seis décadas.

...Y el ganador ya reclama su trono en el Congreso

El candidato del PPE a la presidencia de la Comisión Europea, el alemán  Manfred Weber, reclamó su derecho al puesto. “Los europeos han decidido y han enviado un claro mensaje”, señaló tras constatar la victoria de su formación.

“Dejemos de hablar de crisis y empecemos una nueva fase con optimismo”, añadió el líder de los conservadores.

Los socialdemócratas, que cuentan con el holandés Frans Timmermans como candidato a presidir la Comisión, no parecen haber logrado los avances esperados y España se perfila como su único bastión. En Alemania podrían quedarse como tercera fuerza, por detrás de conservadores y Verdes, lo que abre la opción a buscar a corto plazo una coalición para el gobierno federal.

Aun así, Timmermans no ha arrojado la toalla y reiteró que “intentaremos forjar una alianza progresista” en Bruselas para reducir por primera vez la fuerza del PPE en las instituciones.