Crisis en Haití

La violencia azota la frágil economía de Haití y causa escasez de alimentos y agua

La crisis en Haití causa estragos en la economía, con escasez de alimentos y agua. La violencia de bandas paraliza el país, dejando a muchos luchando por sobrevivir

Ambulantes en Haití huyen durante enfrentamientos armados.
Ambulantes en Haití huyen durante enfrentamientos armados.Foto: AP
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La violenta crisis que atraviesa Haití está dejando estragos devastadores en la economía del país, con la escasez de alimentos y agua alcanzando niveles alarmantes. La situación se ha agravado debido a los ataques persistentes de bandas antigubernamentales que han paralizado la nación caribeña durante más de una semana, interrumpiendo el suministro de productos básicos y dejando a muchos haitianos luchando por sobrevivir.

El cierre del principal puerto de la capital, Puerto Príncipe, ha dejado varados cientos de contenedores llenos de alimentos y suministros médicos en un momento en que más de la mitad de la población, aproximadamente 11 millones de personas, enfrenta escasez alimentaria, y 1.4 millones sufren de hambre, según informes de Naciones Unidas.

Los impactos de la violencia son evidentes en los mercados locales, donde la fruta y verdura podridas, así como las estanterías vacías de agua, son un sombrío recordatorio de la difícil situación que enfrentan los haitianos más vulnerables.

Transeúntes corren para ponerse a salvo tras escuchar disparos, en Puerto Príncipe, Haití.
Transeúntes corren para ponerse a salvo tras escuchar disparos, en Puerto Príncipe, Haití.Foto: AP

Mientras tanto, en los barrios más acomodados, los productos básicos siguen disponibles, pero a precios inaccesibles para la mayoría de la población que vive con menos de dos dólares al día.

La violencia indiscriminada de las bandas ha desencadenado una crisis humanitaria, con decenas de muertos y más de 15,000 personas desplazadas de sus hogares. La paralización de las instituciones gubernamentales, escuelas y servicios básicos como las gasolineras ha sumido al país en un caos generalizado.

Los comerciantes callejeros, como Michel Jean, se enfrentan a la difícil realidad de perder sus medios de vida mientras se preguntan cómo alimentarán a sus familias. La incertidumbre y el miedo dominan las calles, mientras los haitianos anhelan el fin de la crisis y la esperanza de un futuro más seguro y próspero.

En medio de la creciente desesperación, la llegada de una fuerza policial extranjera respaldada por la ONU podría brindar un alivio temporal, permitiendo a la gente reanudar sus actividades cotidianas y mantener la lucha por un Haití mejor.

Sin embargo, con las bandas desafiando al gobierno y tomando control de territorios clave, la estabilidad y la recuperación parecen distantes. La urgencia de una solución a largo plazo se hace cada vez más evidente, mientras la población haitiana sigue sufriendo las devastadoras consecuencias de la violencia desenfrenada.

Información de Associated Press.

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