Casas Geo, la ex líder en construcción de vivienda de interés social en México, regresa como una empresa mediana, la cual dejará de atender a más del 50 por ciento del mercado que captaba antes de entrar en concurso mercantil, el cual duró casi año y medio y terminó la semana pasada, luego de un pacto de reestructura entre antiguos dueños y bancos acreedores.
El director de reestructura financiera de GEO, Orlando Loera, explicó a La Razón que se prevé que al principio Casas Geo tenga una participación menor al cinco por ciento, después de que en 2011, que fue su mejor año, vendía más del 10 por ciento de los inmuebles que financiaba el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit).
En entrevista, comentó que la firma retomará cerca de 20 planes que se quedaron a medias y hará nuevas unidades de entre tres y cinco mil casas, es decir, complejos habitacionales con el cinco por ciento de las casas a diferencia de sus megaproyectos que edificaba anteriormente, como el de Zumpango, que constaba de más de 100 mil hogares.
La meta es llegar a producir entre 20 y 25 mil casas al año, es decir la mitad de las 53 mil que construyó durante el 2012.
Este cambio de operación se debe a que a partir de que regrese al mercado deberá acatar los lineamientos de la nueva política para el sector impuesta por el gobierno federal, por lo que hará desarrollos más chicos, vivienda vertical, casas con mayor calidad, en lugares más seguros y en los que ya existan los servicios básicos.
El representante de Casas Geo sostuvo que se prevé que la empresa, ex líder en vivienda de interés social, inicie operaciones de lleno en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) hasta septiembre, luego de celebrar su segunda asamblea después de su salida del concurso mercantil, donde también se elegirá a los nuevos directivos.
Entrará al mercado de la mano de dos nuevos inversionistas, la Sofom Sólida y la CKD Capital Inmobiliario, quienes inyectarán tres mil 500 millones de pesos a los proyectos que se quedaron a medias, de los cuales se obtendrán beneficios porque no fueron puestos en preventa, y a otros nuevos, sin embargo, también deberá saldar una deuda de unos cinco mil 500 millones de pesos.
Comentó que dicha deuda se divide en tres mil 500 millones de pesos por proyectos inconclusos y otros dos millones por créditos en los que se dejó en prenda maquinaria de construcción y pagos pendientes al Infonavit. El reto será, dijo, establecer relaciones con los bancos
