La imposición de aranceles a las remesas en Estados Unidos, además de ser injusto, regresivo y contrario a los compromisos internacionales, significaría cuadruplicar el costo de mandar dinero hacia México, aunque tendría un efecto limitado, estimó BBVA México.
A través de un análisis, la institución financiera señala que, de acuerdo con la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), durante las primeras semanas de mayo el costo promedio por enviar 350 dólares de Estados Unidos a México fue de casi seis dólares.
- El Dato: cerca de ocho millones de adultos cuyos padres nacieron en México, son considerados como ciudadanos de segunda generación en Estados Unidos.
Así, la imposición de un gravamen como el planteado —del 5.0 por ciento sobre el monto enviado— incrementaría ese costo en 17.50 dólares, con lo cual el gasto total se elevaría a 23.50 dólares por envío, lo que significaría casi cuatro veces más el costo actual del envío de remesas.

Este es el precio del dólar HOY jueves 18 de diciembre de 2025
De la misma manera, destacó que al haber un aumento tan relevante en el costo de envío, como el que implicaría un impuesto del 5.0 por ciento, se podrían generar distorsiones artificiales en el mercado que llevarían a que las personas migrantes busquen mecanismos alternativos para hacer llegar el dinero a sus países de origen.
Por otra parte, estimaciones recientes basadas en la Current Population Survey (CPS), señalan que aproximadamente 4.1 millones de migrantes no documentados son los que podrían verse impactados por la medida de imponer un gravamen de 5.0 por ciento.
En 2024 vivían en Estados Unidos cerca de 12.7 millones de migrantes mexicanos. De ellos, 4.5 millones tienen la ciudadanía estadounidense, 3.7 millones son residentes permanentes o tienen otro estatus regular, y 4.5 millones son personas sin documentos, de las cuales alrededor de 400 mil están protegidas por el programa DACA (Acción Diferida para los Llegados en la Infancia), que les permite trabajar legalmente y les otorga protección frente a la deportación.
- El Tip: Aproximadamente 7.9 millones de migrantes entran en la categoría de ciudadanos de tercera generación, al tener abuelos pero no padres mexicanos.
Al descontar a los beneficiarios de DACA, el número estimado de migrantes mexicanos no documentados que podrían ser objeto del nuevo impuesto se reduce a 4.1 millones. El resto de la población migrante, cerca de 8.6 millones de personas, que también envía remesas con regularidad, no se vería afectado por esta medida fiscal.
Expertos y defensores de los derechos de los migrantes apuntan que esta fracción de la comunidad sin documentos podría recurrir a diversas estrategias para evitar el pago del impuesto. Una de las más factibles sería el uso de redes familiares o comunitarias. Es decir, podrían pedir a hijos, hermanos, tíos, abuelos o amigos con estatus migratorio legal que realicen las transferencias por ellos, lo que complicaría la efectividad del impuesto.
El efecto limitado que ve la institución financiera, en parte se debe a que las mismas estimaciones refieren que cerca de 8 millones de adultos cuyos padres nacieron en México son considerados como ciudadanos de segunda generación, pero este grupo también participa en el envío de remesas.
En contraste, los mexicanos de tercera generación (quienes tienen abuelos, pero no padres, nacidos en México), que suman unos 7.9 millones, prácticamente no participan en el envío de dinero a México; sin embargo, ambos grupos representan un potencial apoyo logístico y financiero para quienes enfrenten obstáculos por su estatus migratorio.
“Lejos de ser una barrera, esta red intergeneracional puede convertirse en una vía para eludir el impacto del nuevo gravamen. Por ahora, el debate en torno al impuesto continúa, mientras organizaciones civiles y analistas advierten que su aplicación podría no sólo ser ineficaz, sino también incentivar mecanismos informales para el envío de remesas”, destacó.
- 12.7 Millones de migrantes mexicanos vivían en EU en 2024
Aunque estimar el impacto de la propuesta actual de imponer un impuesto a las remesas es sumamente complejo, debido a las distorsiones que esta medida generaría en el mercado, es previsible que los remitentes busquen alternativas para maximizar el valor de los recursos enviados a sus familias en México, lo que derivaría en que parte de esos flujos ya no sean oficialmente remesas.
El ejercicio presentado a continuación representa un caso extremo de reducción en el envío de remesas, ya que no contempla la posibilidad de uso de canales alternativos. Además, cada persona migrante o comunidad migrante en Estados Unidos presenta características particulares que pueden facilitar o dificultar su capacidad para adoptar mecanismos que eviten el pago del impuesto.
Algunas personas podrían contar fácilmente con el apoyo de familiares o amistades para realizar los envíos, otras podrían realizar sus envíos de recursos mediante transferencias bancarias, mientras que otras no tendrán más opción que pagar el gravamen correspondiente.
Impuesto a remesas no va. El presidente de la American Society of Mexico (Amsoc), Larry Rubin, consideró que la iniciativa estadounidense que busca gravar las remesas no se concretará porque entre México y Estados Unidos hay un acuerdo de “no doble tributación”.

