El presidente de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), Jesús de la Fuente, confirmó que la dependencia se encuentra investigando lo acaecido con la Sociedad Financiera Popular (Sofipo) Consejo de Asistencia al Microempresario, mejor conocida como CAME, entidad financiera que cerró operaciones en abril pasado, dejando a miles de ahorradores en la incertidumbre y sin poder acceder a su dinero.
“Ahorita no puedo comentar porque está en investigación”, señaló de la Fuente a reporteros durante un evento de la Asociación Mexicana de Instituciones Bursátiles (AMIB).
Añadió que la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) y la vicepresidencia de la CNBV son quienes están recibiendo a los afectados.
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De acuerdo con la defensora, para iniciar una denuncia o queja, la Condusef tiene en servicio el “portal de quejas”, que se puede consultar en el siguiente link.
La CNBV señaló que los clientes de estos servicios están protegidos por hasta 25 mil Unidades de Inversión (UDIS), las cuales dependen de un seguro administrado por el Fondo de Protección de Sofipos y de Protección a sus Ahorradores (Prosofipo).
“La devolución del dinero de los ahorradores lo está viendo el seguro de depósito, es el que se encarga de eso”, añadió Jesús de la Fuente. Cabe resaltar que CAME contaba con alrededor de 1.3 millones de clientes.
En abril pasado, el diario El Economista reportó que CAME estaba en crisis, ya que varias de sus sucursales cerraron, se suspendieron servicios a sus clientes y los trabajadores empezaban a reclamar falta de pago. La entidad financiera habría elevado su deuda hasta niveles impagables con la banca privada y de desarrollo.
A finales de abril, decenas de reclamadores se reunieron en las instalaciones de la Condusef en la Ciudad de México, donde mencionaron que no estaban conformes con el pago del seguro, ya que “era muy poco”, reportaron algunos medios de comunicación.
Las preocupaciones y reclamos de los ahorradores de CAME se asemejan a los realizados por los clientes de Ficrea y Famsa, quienes en 2014 y 2020, respectivamente, dejaron de operar.
Por un lado, Ficrea fue señalada e intervenida por la CNBV en noviembre de 2014, por operaciones irregulares. A más de 10 años, la mayoría de sus usuarios no han recibido su dinero.
Por otro lado, Famsa se declaró en quiebra en 2020, orillando a acreedores y clientes al mismo camino en el que ya se encontraban los ahorradores de Ficrea.
JVR
