Seis de cada 10 hogares en México batallan para llevar alimentos esenciales a su mesa, lo cual se vuelve más crítico con el persistente aumento de precios que registra este rubro, señaló la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (Anpec).
“La inflación alimentaria se mantiene al alza, reflejando el talón de Aquiles de nuestra economía, ya que el consumo popular de lo alimentario sigue estando encarecido, convirtiéndose en el obstáculo principal para consolidar en México una reactivación económica de profundidad”, señaló Cuauhtémoc Rivera, presidente de la organización.
En un análisis comentó que la inflación tiene dos caras: la general, que ha venido reduciendose por efectos macroeconómicos, y la alimentaria, que, según el Inegi, se ubicó en 8.3 por ciento en junio a tasa anual.
En su opinión, resulta paradójico que en algunas entidades, como el Estado de México y Nuevo León, la inflación general se sitúe por debajo del promedio nacional, con 4.1 por ciento y 4.6 por ciento, respectivamente; no obstante, la inflación alimentaria resultó ser de 13.41 por ciento en Edomex y de 10 por ciento en Nuevo León.
En este close up de la fotografía nacional, dijo Rivera, se aprecia perfecto la realidad de “las dos caras de la inflación que golpean al país”.
“Las consecuencias de esta situación es que tanto la cantidad como calidad de los alimentos se sacrifican en aras de comprar sólo lo que alcance, ofreciendo así una ingesta de bajo valor nutricional y teniendo cada vez más ventanas de hambre y desolación. Todas estas pinceladas describen el paisaje del consumo nacional y los nubarrones que sobre él se ciernen a causa de un alza a los precios de los comestibles y un poder de compra que no alcanza. La gente quiere, pero no puede”, expuso.
Persisten presiones
Por quinto mes consecutivo, la inflación general desaceleró el paso en el país. En junio registró una tasa anual de 5.06 por ciento, la menor en más de dos años. Sin embargo, persisten presiones notables en el rubro de alimentos, lo cual impacta directamente en el bolsillo de las familias mexicanas, particularmente de las que menos tienen.
“Los datos muestran que las presiones inflacionarias se siguen disipando, pero continúan los riesgos al alza para los precios de las mercancías alimenticias, pues la guerra entre Rusia y Ucrania no ha terminado y el corredor de granos por el Mar Negro sigue en riesgo”, expuso Gabriela Siller, economista en jefe de Banco Base.
De una muestra de 106 alimentos (no considera categorías de “otros”), 52 (49 por ciento del total) registraron una inflación de entre 10.05 y 39.61 por ciento en junio, según datos del Inegi. En tanto, 85 de éstos (80.2 por ciento del total) se encarecieron más allá de la inflación nacional observada en el mes (5.06 por ciento).
La Anpec reportó que el precio promedio de la canasta básica alimentaria fue de mil 723.28 pesos, con una variación al alza de 1.76 por ciento, esto del 15 de junio al 15 de julio.
Lo que más se encareció fue la avena Quaker, el café soluble, el jabón de lavandería, el pollo entero y el aceite, de acuerdo con los resultados de su análisis sobre el precio de los alimentos.
