Detecta SAT a 33% de contribuyentes con actividades irregulares

Jóvenes y adultos mayores, utilizados para lavar dinero

La UIF identifica a personas de estos dos sectores como accionistas o representantes legales; el órgano fiscalizador advierte que hay obligados de 100 años facturando hasta 9 mdp al mes

Jóvenes y adultos mayores, utilizados para lavar dinero
Jóvenes y adultos mayores, utilizados para lavar dineroFoto: Especial
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La Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) informó que los jóvenes y personas de la tercera edad son utilizadas como accionistas beneficiarios o representantes legales de empresas fachada, las cuales son vía para cometer ilícitos como el lavado de dinero.

La funcionaria adscrita a la dirección general de los Asuntos Normativos de la UIF, Marla Rivera, precisó que en el caso de los jóvenes, actúan en estas empresas “fachada” como representantes legales de varias empresas de diferente giro.

Mientras que empresas de reciente creación colocan a personas mayores de 70 años como principales accionistas, beneficiarios o partícipes en los negocios recién aperturados.

Rivera señaló lo anterior en el marco del foro virtual; “Aspectos a considerar del bloqueo de cuentas bancarias por la UIF y fortalecimiento legal en las Pymes”, organizado por la Coparmex.

Precisó que esos dos factores prevalecen entre los indicadores predictivos de empresas fachada identificadas por la Unidad de Inteligencia Financiera.

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En tanto, el administrador general de Servicios al Contribuyente del Servicio de Administración Tributaria (SAT), Raúl Zambrano Rangel, dejó en claro que la institución “no es enemiga de nadie”, sino que busca cómo trabajar, de la mejor manera, sin entorpecer las operaciones de los contribuyentes.

“A veces nos dicen que somos muy rudos; no es rudeza, es orden”, expuso durante su participación en el foro “Autosuficiencia alimentaria e innovación tecnológica con prácticas sustentables”, organizado por la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader).

Mencionó que en el SAT el padrón de contribuyentes es de 90 millones y el organismo se dio a la tarea de revisar qué hacían a través de sus movimientos fiscales.

“Y lo que detectamos es que 30 millones —equivalente a 33.3 millones— fueron inscritos con esquemas completamente ajenos al SAT, donde nunca hemos identificado a la persona y generaron esquemas de evasión y elusión fiscal muy fuertes.

“Ya quisiéramos que sólo hubieran facturado y se hubieran quedado ahí. ¡No! Fueron tan descarados que pidieron solicitudes de devoluciones, armaron esquemas con personas mayores de 70 a 90 años; es más, había adultos que están en edad de los 90 y los cien años facturando hasta 7 y 9 millones de pesos mensuales. Era un desborde”.

Asimismo, el funcionario expuso que el SAT encontró jóvenes entre 18 y 19 años vendiendo coches de lujo de tres o cuatro millones de pesos o facturando miles de millones de pesos.

“Cómo institución vimos que había mucha discrepancia fiscal; pero el tema es que nunca los hemos visto”, ni constatado la existencia de esos contribuyentes, lo que contribuyó a que, por ejemplo, “de la noche a la mañana tenemos una evasión de 5 mil millones de pesos por cien viejitos que están en San Luis Potosí en la zona huasteca”, destacó.

Aunado a lo anterior, Raúl Zambrano expuso que esos tres millones de contribuyentes con actividades irregulares, en diversos casos cumplen con toda la normatividad para que el Servicio de Administración Tributaria les devuelva dinero.

“Cumplen con toda la normatividad para las devoluciones y se tiene que otorgar, pero hasta que hacemos una auditoria nos damos cuenta que no era. Son operaciones hormiga que van de 20, 30 o 50 mil pesos.

“Al multiplicarlas por los miles de contribuyentes se vuelven miles y millones de pesos que el erario pierde por la evasión y elusión fiscal. Por eso el rastreo de dinero tiene que ver con un tema de lavado de dinero que está en todos los sectores, no sólo en el agrario o financiero”, puntualizó.

Dijo que ésa es una de las finalidades de la obligatoriedad de la firma electrónica y del buzón tributario: identificar realmente a los contribuyentes.