OCDE recorta PIB de México y advierte más inflación

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) recortó su estimación de crecimiento para la economía mexicana a 5.9 por ciento en 2021, desde el avance previo de 6.30 por ciento y elevó su expectativa sobre la inflación a 5.6 por ciento, desde 5.4 por ciento.

En su reporte “Perspectivas económicas”, también revisó ligeramente a la baja su pronóstico de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de México para 2022 a 3.3 por ciento, desde el 3.40 por ciento proyectado en septiembre pasado, mientras que para 2023 prevé una moderación a 2.5 por ciento.

Los nuevos pronósticos del organismo están por debajo de la estimación oficial de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) para la actividad económica del país tras el desplome de 8.3 por ciento a causa de la pandemia de Covid-19, ya que para 2021 la dependencia estima un crecimiento de 6.3 por ciento y para 2022 un avance de 4.1 por ciento.

Según estas estimaciones, México crecerá este año por arriba que sus principales socios comerciales, Estados Unidos 5.6 por ciento y Canadá 4.8 por ciento, pero por debajo de los principales países latinoamericanos: Chile 12 por ciento, Colombia 9.5 por ciento y Argentina 8.0 por ciento, y sólo por arriba del 5.0 por ciento proyectado para Brasil.

La OCDE comentó que con una proporción cada vez mayor de la población vacunada contra Covid-19 y la mejora en el mercado laboral, el consumo en México será un motor de crecimiento clave, aunque destaca que la recuperación se ha ampliado a otras actividades, como la agricultura, la industria y los servicios, que muestran una tendencia al alza.

Destacó que la inversión se beneficiará de los proyectos de infraestructura planificados, pero advirtió que si la recuperación se tambalea o la pandemia resurge, el gasto en protección social y la inversión pública debería aumentar más y retrasar la reducción gradual prevista del déficit fiscal.

Señaló que la inflación bajará, tras el importante aumento de 2021, que estima en 5.6 por ciento, pero alertó que las perspectivas siguen siendo muy inciertas y están sujetas a riesgos, por lo cual revisó al alza su expectativa para 2022 a 4.4 por ciento, desde el 3.8 por ciento calculado en septiembre pasado.

La OCDE apuntó que factores internos de México, como la recuperación de la demanda de algunos servicios y presiones adicionales al alza sobre algunos precios de los alimentos y la energía, están alimentando la inflación

Señaló que la inflación puede ser más alta durante más tiempo de lo anticipado, erosionando el poder adquisitivo, particularmente de los hogares vulnerables, y requiriendo un endurecimiento de la política monetaria mayor que el proyectado, lo que debilitaría la recuperación.

Consideró que si la política monetaria debería endurecerse más gradualmente si la inflación no converge hacia la meta del 3.0 por ciento.

Además, si las infecciones aumentan significativamente, sería necesario restablecer las medidas de contención, lo que obstaculizaría la actividad económica, alertó el organismo internacional.

El mercado laboral mexicano, agregó, se está recuperando gradualmente. La tasa de desempleo, del 4.2 por ciento, está 0.8 puntos porcentuales por encima del nivel de fines del 2019. Precisó que la tasa salta al 27 por ciento si se considera también la población que permanece fuera de la fuerza laboral y aceptaría un trabajo y aquellos que quisieran trabajar más horas.

Para la economía global, ajustó ligeramente a la baja su proyección a un crecimiento de 5.6 por ciento, desde 5.7 por ciento calculado en septiembre, mantuvo en 4.5 por ciento su estimación para 2022 y anticipó que la actividad mundial se moderará a 3.2 por ciento en 2023.

Mencionó que la economía mundial continúa recuperándose, junto con el comercio, el empleo y los ingresos. Pero la reactivación está desequilibrada, con países, empresas y personas que enfrentan realidades económicas muy diferentes.

Señaló que las mejoras recientes también ocultan cambios estructurales, lo que significa que algunos sectores, empleos, tecnologías y comportamientos no volver a sus tendencias prepandémicas.

“La situación es extraordinaria, pero nuestras perspectivas económicas son cautelosamente optimistas”, precisó.