Piden atraer inversión para apoyar empleos y consumo

Sin una mayor inversión pública y privada difícilmente se lograrán los niveles económicos prepandemia antes de 2023. De los factores que destacó el Gobierno federal como catalizadores de crecimiento (consumo, empleo y remesas) sólo los envíos de migrantes mexicanos podrían cumplirse, sin ser mérito de las autoridades, coincidieron expertos.

Gabriela Siller, directora de Análisis Económico-Financiero de Banco Base, apuntó que si se quisiera una recuperación económica este año, el Producto Interno Bruto (PIB) de México tendría que crecer 9.3 por ciento. Sin embargo, los datos más optimistas del Gobierno apuntan a un alza de hasta 6.3 por ciento.

Este bajo dinamismo económico es parte del lento progreso en la recuperación de empleos, que también es afectado por la baja inversión pública y privada en el país, afirmó en entrevista Héctor Márquez Pitol, director de Relaciones Institucionales de ManpowerGroup.

Estimó que será hasta el primer trimestre de 2022 cuando se recupere el más de un millón de empleos perdidos por la pandemia, “incluso faltaría generar los mil 400 que no se crearon en estos últimos dos años. Para ésos no hay una expectativa cercana”.

Jaime Ascencio, analista de Bursamétrica, indicó que lo que realmente hará que crezca la economía mexicana este año es el efecto rebote que se espera para el segundo trimestre, cuando el PIB puede crecer hasta 10 por ciento; además, la demanda externa, aunque las exportaciones cayeron en el primer bimestre.

“El Gobierno necesita meter presupuesto a la economía interna, que es la que está lenta. Si hay una previsión de recuperación económica, ésta será parcial y lenta. Para que haya una recuperación al nivel previo a la pandemia, que de por sí ya estaba en recesión, por lo menos se va a requerir año y medio o dos años”, dijo el economista.

En su informe de los primeros 100 días del Tercer Año de Gobierno, el Presidente Andrés Manuel López Obrador destacó que las cifras de consumo interno, remesas y empleo indican que se está saliendo de la crisis económica que provocó la pandemia de Covid-19.

“El pronóstico de crecimiento para este año ha ido subiendo y ahora, hasta los más precavidos, aceptan que será del 5.0 por ciento. En mi opinión, a mediados de este año, nuestra economía habrá recuperado los niveles previos a la pandemia”, aseguró.

Sin embargo, al desagregar dichos factores económicos, las ventas minoristas han avanzado lentamente desde su caída en 22.1 por ciento en abril del año pasado, cuando ante la Jornada de Sana Distancia se restringió la operación de actividades comerciales. A tasa anual acumularon 12 contracciones al hilo en enero pasado.

La venta de autos sumó en febrero 44 meses de bajas, con la expectativa de que este 2021 sume su quinto año de crisis, según estimaciones de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA).

Por ello, una de las variables que podría contribuir al crecimiento económico serán las remesas, de acuerdo con el analista de Bursamétrica, quien previó que incluso puedan tener un alza de hasta 20 por ciento este año (más del 13 por ciento que estimó el Gobierno) ante los fuertes estímulos de Estados Unidos para la recuperación laboral.

“Dependemos mucho de aquellos empleos que se pueden generar en Estados Unidos y no en México. Desde ese punto de vista se deberían crear las condiciones para evitar la migración de mexicanos en busca de mejores condiciones laborales, porque es obligación del Gobierno”, opinó Ascencio.

El directivo de ManpowerGroup abundó que, además del desempleo, se enfrenta una precarización en el mercado laboral, lo que inhibe el consumo.

Márquez Pitol reiteró la necesidad de reactivar el mercado laboral, que “sólo se genera con inversión interna o extranjera, reactivando las inversiones se recuperara el mercado laboral”.

Por otra parte, la Oficina de Representación Comercial de Estados Unidos señaló ayer que la Iniciativa Privada de ese país ha manifestado su preocupación ante la política energética de la administración de López Obrador, pues se les ha pedido renegociar contratos e incluso se restringe su participación.

Detalló que el Gobierno mexicano ha suspendido las subastas de petróleo y ha presionado a los inversores privados para que “renegocien” contratos de suministro de gas, lo que genera una gran preocupación para los mismos.