México, petrodependiente

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Foto: larazondemexico

Salustio García Juárez

La importancia del petróleo en la economía nacional es determinante en dos aspectos, la captación de recursos fiscales y el ingreso de divisas, por lo que mantener el volumen de extracción es prioritario en un entorno adverso caracterizado por el descenso en las reservas y en la producción.

La llamada por algunos autores petrolización de la economía se inicia en el gobierno de José López Portillo, al descubrirse enormes yacimientos de crudo, por lo que con ese oro negro la escasez de recursos financieros quedaba en el olvido y como consecuencia en adelante la nueva mentalidad sería “aprender a administrar la abundancia”.

Como la abundancia provenía del petróleo y constitucionalmente sólo puede ser explotado por el gobierno Federal a través de un organismo descentralizado que es Pemex, se establece como estrategia que sea este monopolio estatal el que financie el desarrollo del país, motivo por el que se le aplica un asfixiante régimen de tributación que busca extraer los mayores montos de recursos fiscales, aún en detrimento de la salud financiera de la empresa.

El resultado previsible es que con el paso del tiempo se transforma en el principal contribuyente del gobierno federal, con ponderaciones de alrededor de un tercio del total; elevado porcentaje altamente subordinado a los volúmenes de producción y al precio internacional.

Además, en un mercado ávido del petróleo, la exportación del también llamado crudo aumenta de manera significativa, por lo que rápidamente se ubica como el principal producto de exportación y ocasiona que las divisas por este concepto sean cada vez más importantes para la economía en su conjunto.

Ambos elementos sustentan de manera evidente que lo que existe en México es una petrodependencia fiscal y externa, negando al mismo tiempo la petrolización, ya que históricamente ese producto no ha aportado un porcentaje elevado al PIB nacional.

Con este telón de fondo, la situación que se presenta en la producción del petróleo crudo de 2000 al 2010 es muy preocupante ya que, como se muestra en la gráfica, a pesar de que aumenta ligeramente entre 2000 y 2004, a partir de este último año mantiene una tendencia decreciente hasta el 2010 y todo indica que la misma se mantendrá en el futuro.

Ese escenario se replica en el comportamiento de la exportación, nuevamente aumentan los volúmenes entre 2000 y 2004, año en el que alcanza el máximo y retoma la tendencia decreciente hasta 2009. Afortunadamente los precios del petróleo crudo han sido más elevados por lo que, excepto 2009, los valores monetarios han sido crecientes y no sólo no ha mermado la corriente de divisas al país sino que además se ha incrementado.

La gran interrogante es durante cuánto tiempo más los precios se mantendrán arriba, situación ajena a nosotros, y con una relación reservas/producción que alcanza para 10.2 años. En el horizonte no se vislumbra que estemos tomando medidas para romper esta fuerte dependencia. ¿Estaremos a tiempo de revertir esa inminente debacle?

salustio.garcia@anahuac.mx

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