Qué es prioridad

Irasema Andrés Dagnini

Ben Bernanke, presidente de la Fed, tiene toda la razón al decir que una crisis de confianza es lo que menos necesita la economía en este momento. Los actuales desacuerdos, políticos, sociales y entre representantes financieros, son suficientes para elevar la aversión al riesgo en el mercado financiero.

Los mercados de capitales reflejan un interés común: encontrar un camino de rendimientos positivos frente a la posibilidad de caer en una nueva crisis económica.

Éste es un momento histórico en el que los gobiernos e instituciones deben adoptar medidas diferentes a las existentes, tras reconocer que el mundo no es el mismo y su evolución requiere de políticas innovadoras.

Los mecanismos de apoyo no han dado los resultados esperados, el mercado laboral sigue deprimido, lo cual debilita cualquier avance en números, y el crecimiento requiere de demanda, no de inflación.

En la última reunión que tuvo Bernanke ante el Congreso de Estados Unidos evidenció su preocupación por los efectos nocivos a la economía si no se priorizan los problemas. Destacó que caer en una suspensión de pagos y perder un nivel en su calificación crediticia deteriorarían la confianza de la población y sus acreedores, con efectos negativos sobre la economía real.

La banca central estadounidense ha estado apoyando la reactivación de la economía a través de bajas tasas de interés y aun cuando no se ven los efectos deseados sobre la producción y el empleo las posibilidades de lograrlo se estarían desvaneciendo si el Congreso no eleva el techo de la deuda el 2 de agosto, porque las tasas de interés subirán por un efecto de desconfianza, limitando la colocación del crédito, la inversión en capital y tecnología y anulando la generación de nuevas plazas laborales.

A este punto también se podría llegar si los problemas de deuda se extienden entre los países periféricos europeos. La suspensión de pagos obligaría a los tenedores de la deuda a incrementar el costo del crédito con efectos similares a los anteriores.

El tema inflacionario también es determinante para el crecimiento de un país y para el bienestar de sus habitantes; afortunadamente en México los precios están contenidos, el crecimiento es positivo y gozamos de la confianza de los inversionistas en el sistema financiero, pero seguimos teniendo problemas de desempleo y la calidad de vida va en detrimento.

Entonces, ¿cuál es el problema prioritario que resolver?. Cada país tiene una historia diferente, sin embargo a todos les interesa crecer. De tal manera que la generación de empleo seguirá destacando en las políticas económicas.

Esta columna no tiene la intención de agregar un grado de pesimismo, simplemente trata de plantear cuáles pueden ser los peores escenarios posibles. Y considerando los peores escenarios sabremos dónde se abre una oportunidad de inversión ante mejores acuerdos y mayores señales positivas de la economía.

Actinver estima. La correduría nacional revisó sus estimaciones de crecimiento de la Bolsa Mexicana de Valores para este año y estima que el Índice de Precios y Cotizaciones alcanzará las 41,500 unidades.

Yo creo que puede ir poco más arriba si el Congreso estadounidense y los ministros de finanzas llegan a acuerdos para resolver los problemas de deuda.

Para el mediano plazo, Actinver anticipó una aceleración en la economía global, soportada por mejores condiciones en la producción de Japón, menores precios del petróleo y materias primas, mayor estabilidad en la eurozona y la agresiva política monetaria de Estados Unidos.

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