Mauricio Flores
Sí uno fuera Francisco Gil, ex titular de Hacienda y hoy director en Telefónica Movistar, tal vez una decisión adecuada sería solicitar al consejo de administración que le transfieran a la operación en algún país asiático. A lo mejor Vicente Fox debería evaluar llevar a Bélgica las oficinas de su fundación; y Javier Usabiaga, como Rey del Ajo, podría indagar en que otras latitudes es posible cultivar la especia.
Y es que desde abril pasado el presidente de Grupo Caze, Enrique Molina, regresó a México tras una década de autoexilio. Ganó los mas de 20 juicios en su contra por defraudación, incluyendo la fiscal, durante la expropiación azucarera que efectuó el gobierno foxista. Ahora, a sus 75 años de edad, el empresario no sólo reorganiza sus negocios, sino además puede reclamar la devolución de sus nueve ingenios y la reparación de daños que el mal manejo por parte del gobierno habría ocasionado mermas superiores a los cinco mil millones de pesos.
También está en condiciones de contrademandar por difamación, daño moral y confabulación de funcionarios públicos que pretendieron encarcelarlo injustamente. Y como es sabido, Molina Sobrino nunca se queda de brazos cruzados.
Mexicana y los animalitos del bosque. ¿Acción concertada para que Mexicana no vuele como intuye el juez Felipe Conzuelo Soto? Vaya uno a saber, pero por un lado el conciliador del concurso mercantil de la aerolínea, Gerardo El Tlacuache Badín parece explotar otra veta de negocio tras la venta de escritorios, papelería y refacciones de avión no registradas en la masa concursal: en una página en mercadolibre.com –domiciliada en Cuernavaca donde el Tlacuache también tiene su residencia- vende libros del 75 aniversario de Mexicana, “Volar es un Arte”, y litografías de Diego Rivera patrocinadas por la empresa y hasta camisetas con el logo oficial.
Por otro, el director del AICM, Héctor el Zorrillo Velázquez, anda marchanteando ya el centro de mantenimiento (MRO) entre Aeroméxico, Interjet, Viva Aerobus y Volaris por que dejó de pagar TUA una filial de Mexicana, Aerovías Caribe de la cual el Zorrillo Velázquez no se había enterado de su existencia ni que es parte del concurso mercantil… o sea que si se cobra lo de Aerovías con el MRO, afectará el patrimonio de los trabajadores.
Agandalle amarillo. Y en el caso del PPS, a modo con que Amalia García infló hasta los cicno mil millones de pesos las rentas de oficinas en el Nuevo Centro de Gobierno, los avalúes reportan un valor presente de sólo 1,050 millones de pesos de tal edificio. Esa es la suma que el gobierno de Miguel Alonso Reyes, quiere liquidar -conforme a ley- para aligerar la deuda del estado, pero la constructora favorita de García Medina, LLOSA, de Pedro Lara y Oscar Lomelí, quiere dar un sablazo de 1,500 millones.
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