Bibiana Belsasso
El movimiento de Andrés Manuel López Obrador de hace 6 años es muy distinto al de las recientes elecciones. Hace 6 años López Obrador perdió por tan sólo medio punto frente a Felipe Calderón. Su movimiento social tenía mucha fuerza y apoyo moral y económico de los miembros de su partido.
Muchos perredistas desconocieron como Presidente legítimo a Felipe Calderón, y su plantón en Paseo de la Reforma fue en buena medida financiado por el Gobierno del Distrito Federal a través de Alejandro Encinas, el entonces Jefe de Gobierno interino de la ciudad, quien le debía el puesto a López Obrador.
Desde entonces AMLO continuó con su movimientos para mantener su fuerza política. Viajó por todo el país haciendo campaña para poder ganar las elecciones del 2012; a la fecha no se sabe con claridad de dónde salieron las aportaciones económicas para poder realizar los viajes y eventos proselitistas, pero fueron aportaciones millonarias. No podemos olvidar el poder que todavía ejercía López Obrador en el 2009, cuando literalmente quitó a Rafael Acosta Juanito, quien había ganado legítimamente las elecciones para gobernar la delegación Iztapalapa, y nombró en su lugar a Clara Brugada.
Pasaron los años y hoy López Obrador enfrenta un futuro distinto. Esta vez perdió las elecciones por 7 puntos de diferencia con Enrique Peña Nieto, los perredistas, que ganaron espacios importantes, aunque no lo han dicho explícitamente, ya no piensan apoyarlo con todos recursos que el movimiento requiere. Apenas dos días antes de que AMLO anunciara su plan de resistencia, el PRD acordó acatar el fallo del TEPJF. En la reunión de dirigentes, gobernadores y legisladores perredistas, donde estuvieron desde Miguel Mancera hasta el mismo Alejandro Encinas, ya no se mostraron incondicionales del movimiento. Incluso Jesús Zambarno anunció: “López Obrador está en libertad de crear un nuevo partido si así lo deseara”, y afirmó que los gobernadores de izquierda se tienen que sentar con el próximo gobierno encabezado por Peña Nieto.
Hoy su boicot económico parece ridículo. El movimiento de Morena ha llamado a sus simpatizantes a no comprar alimentos, a no adquirir nada en tiendas departamentales, no tomar refrescos ni jugos embotellados y evitar escuchar radio y o ver televisión. Casi igual que en Nueva Jerusalén.
Ha dicho que a partir de hoy inicia el plan con un paro nacional indefinido.
Seguramente habrá seguidores que lo acompañarán, pero sin duda son muchos más los que ha perdido. Ayer en el Zócalo, que no lució tan lleno como en otras ocasiones, el ex candidato presidencial anunció que se separará del PRD, PT y MC para trabajar desde su movimiento, el de Morena.
Es una buena noticia para la izquierda mexicana, que esperemos ya no se deje manipular por el ex candidato presidencial y trabaje con sus verdaderos ideales por el bien de México.
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