Carlos Alazraki
Estimado John:
Se me hace increíble que este jueves, ya se cumplan 50 años del cobarde asesinato que te privó la vida.
Un asesinato que cambió la historia de la humanidad y la historia de tu país. Un clásico asesinato político que le convenía a los grupos más conservadores de tu país.
Un asesinato vil y para millones de nosotros, un asesinato inútil y un asesinato muy triste. Hasta el día de hoy, no puedo olvidar ese maldito 22 de noviembre.
Yo tenía 16 años y estaba internado en una escuela militar en Texas. (Ya sabes, por mi buen comportamiento...)
Una escuela que estaba a 3 horas y media de Dallas por carretera. Una escuela privada muy estricta y con las disciplinas militares más altas. Una escuela que los militares gringos la denominaban como high ranking school (escuela de alta calificación).
En pocas palabras... Una escuela muy gruesa... Ese día nos dirigíamos marchando como de costumbre a nuestro salón de clases, cuando de repente, nos dan la noticia de tu asesinato.
Ya te imaginarás la reacción de todos nosotros. Enojo, sorpresa, incredulidad, rabia es más, hasta algunos compañeros llorando.
Era una historia no creíble. Era una historia que no queríamos que fuera real.
Obviamente, en ese momento se suspendieron las clases y todo lo que siguió, lo seguimos por la televisión.
Vimos a los doctores declarándote muerto en el Parkland Hospital. Vimos el asesinato a Lee Harvey Oswald hecho por Jack Ruby. Vimos la toma de protesta en el avión como nuevo presidente a Lyndon Baines Johnson. Vimos tu entierro y también vimos la despedida de Jackie con tus hijos de la Casa Blanca.
Fue muy triste. Pero lo que siguió después de tu entierro fue patético. Las mentiras para esconder la realidad de tu asesinato.
Empezando con el reporte de La Comisión presidida por el retrasado mental y mentiroso juez Warren.
Un reporte que trataba de legitimar a base de mentiras, tu asesinato. Un reporte lleno de mentiras e incongruencias que legitimaba a Lee Harvey Oswald como el asesino solitario. Un reporte que trató de cerrar tu caso en un dos por tres. Un reporte que fue, es y será siempre una mentira y una basura. Una trampa más hecha por los ultra conservadores para justificar lo injustificable.
En fin, una mentira que se quedó en eso... Una vil mentira. Porque la verdad de tu asesinato ya la sabemos y la tenemos muy clara.
Fueron los conservadores que no querían que te salieras de Vietnam. Fueron los fabricantes de armas que veían sus negocios desinflarse si tu país se salía de Viet Cong. Fueron los ultrarepublicanos que no querían a un “ socialista “ demócrata gobernar su país. Fueron los de la mafia que veían en tu hermano a un procurador de justicia de hierro.
También fue el grupo de Jimmy Hoffa —líder del sindicato de transportistas—. Y sin olvidar a la basura de J. Edgar Hoover el “Fidel Velázquez” director del FBI enemigo cantado tuyo y de tu hermano. Y obviamente lidereados por la basura mayor de Johnson.
Fueron todos ellos. No importa que grupo jaló el gatillo. Fueron todos ellos. Lo que pasó después de tu muerte, fue igual de terrible. El asesinato de tu hermano Robert. La muerte de tu mujer y la trágica muerte de tu hijo John - John. 50 años después, sigo sin entender muy bien de que sirvió tu muerte.
Solo me queda algo muy claro: los buenos no siempre ganan al final.
carlos@alazraki.com.mx