Impuestos e iglesias

Javier Solórzano Zinser

¿Deben pagar impuestos las iglesias? Es una pregunta que Diego Monroy, ex rector de la Basílica de Guadalupe, contesta contundentemente: “lo ha hecho toda la vida”. Tiene razón porque con todo y que existe un alto nivel de discrecionalidad, suponemos que pagan el ISR, el IVA y todo lo que compone sus obligaciones.

Lo que está en discusión no es tanto el pago del régimen de personas físicas, sino lo que tiene que ver con los diezmos o limosnas y donativos. Muchas iglesias reciben altas cantidades de dinero de las cuales no se sabe su procedencia. Todo se remite a la confianza que las iglesias conceden a quienes entregan el dinero y, en algún sentido, también a las conveniencias de las iglesias; a veces es mejor no preguntar.

El gobierno quiere entrarle al tema. Todo va en vías de que hacía finales del año se cobrarán impuestos por diezmos o donativos. Esta práctica tributaria es común en buena parte del mundo. En Alemania se puede entregar un diezmo sobre el 1% del salario y el gobierno otorga facilidades a quien lo haga. En Italia, otro país mayoritariamente católico, se puede declarar de manera similar, la diferencia es que el gobierno puso como límite el 0.8% del salario.

Roberto Blancarte, especialista en temas de religión, nos comenta que las limosnas van por general a la caja chica del Vaticano. Sirve para la entrega de donativos que hace el Papa a causas que se considera necesario apoyar, o todo puede terminar en el Banco del Vaticano en medio de un escándalo.

La Iglesia Católica mexicana es una de las más importantes del mundo, en cuanto a la cantidad de fieles. Los más ricos del país son católicos y son quienes entregan grandes donativos a la iglesia. Igual el dinero se usa para pequeños gastos de los sacerdotes en sus capillas que para que sea parte de lo que se manda al Vaticano.

El asunto tiene muchas vertientes. Una muy importante está en los fieles, quienes cada semana entregan con fe y convicción su dinero. A ellos hay que presentarles las cuentas de lo que entregan y en general todo lo que tiene que ver con la iglesia a la que pertenecen.

Estamos en los tiempos en que se tienen que tomar medidas parejas, sin excepción. A lo largo de muchos años las tasas impositivas se han aplicado de manera irregular. Las iglesias han vivido bajo el privilegio. Como suele suceder habrá quien crea y quien no crea en ellas, pero, como sea, todos somos iguales y debemos pagar impuestos, sea vía donativos o diezmos. Es un cambio importante que va a obligar a las iglesias a atender a detalle quién les da dinero; al final el donativo, hasta donde sabemos, no lleva a nadie al cielo.

RESQUICIOS.

Así nos lo dijeron ayer:

* Si la fiesta fue pagada por el erario, reprobable. Si no fue así nadie tiene derecho a meterse. No hay que ponerse en duelo, cada quien sabe lo que hace en privado: Diego Fernández de Cevallos.

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Twitter: @JavierSolorzano

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