Iusacell, regreso a casa

Mauricio Flores

No fue sorpresivo, ya se esperaba desde hace algunos meses, que concluiría la asociación en Iusacell entre Grupo Salinas de Ricardo Salinas y Televisa de Emilio Azcárraga. La fecha para definir la sociedad se fijó el pasado nueve de septiembre y ayer se oficializó: Grupo Salinas recompra el 50% de Iusacell en 717 millones de dólares, con lo que Televisa asume una pérdida de 320 millones de dólares.

De hecho, el valor de las acciones de Televisa registraron en días anteriores un crecimiento consistente ante la perspectiva de una valorización de una posición accionaria, valuada en libros en unos 400 millones de dólares. La fijación de la venta se realizó con método de “cama china” en el que el comprador adquiere al precio al que quisiera vender su parte. Vale destacar que, independientemente de las naturales diferencias en la conducción de la empresa de telecomunicaciones, la separación se da en buenos términos: “Expreso mi reconocimiento y gratitud al Presidente y Director General de Grupo Televisa, Emilio Azcárraga, y a su equipo directivo por su talento administrativo que se tradujo en amplio valor agregado en favor del desarrollo de la compañía y del sector de telecomunicaciones”, escribió Salinas Pliego.

¿Qué viene para Iusacell a cargo de Adrián Steckel? Con 8 millones de clientes -que duplicó en tres años--un aumento de 50% en ingresos y una de las redes de fibra óptica e inalámbrica más robustas en el país, busca ahora socios internacionales.

Napito, antisísmicos. De 4.2 millones de producción acerera que AcerlorMittal, aquí dirigida por Víctor Cairo, tiene calculada una porción significativa de su nueva varilla antisísmica. Se trata de un material que combina con mayor flexibilidad con resistencia de carga que permite ahorros más que grandes en edificaciones relevantes. Y eso lo hace óptimo para dos eventos estratégicos en el sector acerero: uno, para la nueva etapa de energía y dado el carácter sísmico de casi todo México, se requiere de estructuras confiables y económicamente viables; dos, capacidad de procesar la energía que liberará el eventual regreso de Napoleón Gómez Urrutia, quien al imponerse -por un error procesal de sus acusadores- como inocente del presunto desvío de 55 millones de dólares de sus representados, antojará “comerse un pollito” con quienes considera responsables de su muuuuy confortable exilio.

SCADA, exorcismo. Hablando de diablos, para combatir el robo de combustibles, Pemex que dirige Emilio Lozoya invertirá más de 280 millones de dólares en el sistema de automatización SCADA para 35 mil kilómetros de ductos, a fin de detectar en ellos la caída de presión de manera inmediata. Y es que el robo y fuga no sólo afecta a Pemex Refinación que lleva Miguel Tame, sino a todos los fluidos elaborados por la empresa.

mauricio.flores@3.80.3.65

Twitter: @mfloresarellano

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