Carta a G. Iñárritu (y al Chivo Lubezki)

Carlos Alazraki

Estimados Alejandro y Emmanuel:

Hace algunos años, cuando Almodóvar ganó su último Oscar, mis hijos y yo comentábamos esa noche que ¿cuándo ganará México un Oscar? Estábamos bastante hartos de no ver a un mexicano subir al estrado a recibir su presea.

Hasta que el año pasado sucedió la primera gran alegría: su amigo Alfonso y tú, mi querido Chivo, nos entregan los dos primeros Oscar para una película de largo metraje. Alfonso por dirección y tú por fotografía.

¡Increíble pero cierto! México —a través de Alfonso y Chivo— llenan de alegría a un país. Y no menciono a Lupita Nyong’o porque no estoy seguro qué tan mexicana es. Aunque me queda claro que nació en México.

Esa noche, cuando ganó Gravity estos dos galardones, mis hijos y yo comentábamos que ahora sí podía suceder. Esa noche comentábamos que estabas tú, Alejandro, Guillermo del Toro, y los nuevos directores jóvenes que podían en un futuro integrarse con todos ustedes.Sin olvidarnos de los talentosos escritores comandados por Guillermo Arriaga.

Y llega la noche de antier: Tú mi querido Alejandro, ¡arrasando con tres Oscar! Tres Oscar que hacía varias premiaciones no ganaban juntos dirección con mejor película.

Y luego tú, mi querido Chivo: ¡Repitiendo! ¡Dos Oscar en dos años! Una sensación ¡inolvidable!

Si a sus cuatro Oscar de ayer sumamos el de Alfonso, en dos años llegamos a la nada despreciable suma de ¡seis Oscar! Sin duda, dos años históricos y relevantes.

Sin duda una experiencia…. ¡Seis Oscar en dos años seguidos, mientras un Oscar en 55 años!

Dos años que quedarán —sin duda— en los anales de la historia del cine mexicano. Y no es que los premios sean los más importantes en el cine. Sino que son simplemente una guía de lo que significa calidad y creatividad. Y ustedes mis queridos amigos, la tienen y de sobra.

Antes de terminar mi carta semanal, quisiera recordar con ustedes su trayectoria en el maravilloso mundo de la publicidad: Tú, mi querido Alejandro, haciendo comerciales increíbles para Televisa. Comerciales que cuando concursaban y no ganabas, hacías el coraje de tu vida. Siempre competitivo y siempre con la idea de que el próximo anuncio debe ser mejor que el último.

Tu asociación con nuestro querido amigo Raúl Olvera, hizo que su empresa Z (así se llamaba) se colocara entre las 3 agencias más creativas de México. Una gran agencia con grandes creativos. Y también me acuerdo cuando te despediste de mí para embarcarte a Los Angeles: Fue una despedida corta, pero me acuerdo como si fuera ayer cuando te reclamé porqué te ibas y tu respuesta fue muy sencilla: Soy cineasta, ahí está mi lugar y ahí voy a triunfar. No mentiste mi querido Alejandro.

Y de ti mi querido Chivo, te recuerdo con mucho cariño y mucho agradecimiento por la cantidad de comerciales que nos fotografiaste en la agencia antes de tu viaje a Hollywood. Comerciales que sin duda, también han escrito su historia en este maravilloso mundo de la publicidad. Ya para terminar: Yo creo y sin equivocarme, que a nombre de todos los cineastas mexicanos les queremos agradecer la maravillosa noche del domingo.

Fue una noche histórica. Una noche que nos hicieron muy felices. Fue una noche que —gracias a Dios— su complejo de superioridad fue muchísimo más alto que el complejo de inferioridad.

¡Mil felicidades! Y un abrazo a los dos.

razon@alazraki.com.mx

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