Manuel López San Martín
Marcelo Ebrard logró lo que tanto ansiaba y quería: será diputado federal. Cristalizó un acuerdo que tenía con Dante Delgado, de Movimiento Ciudadano, para que lo cobijara justo ahora cuando más lo necesita, pues está en el ojo del huracán por el escándalo de corrupción que rodea la Línea 12 del Metro.
El ex jefe de Gobierno podrá acusar complot en su contra, decirse perseguido por el gobierno federal o hasta víctima del de Miguel Mancera. Lo cierto es que los errores que derivaron en el desplome de su imagen y en acusaciones por malos manejos, corrupción y opacidad en torno a la obra insignia de su gestión los provocó él.
Nadie mejor que Marcelo sabe que inauguró una obra repleta de fallas, por darle celeridad a su proyecto político-personal. Apenas hace unos días una empresa alemana, TÜV Rheinland, confirmó lo que ya había dictaminado Systra: el problema de la Línea 12 está en los trenes que Ebrard decidió comprar. No sirven para las vías que colocaron ICA, Carso y Alstom. Fue su gobierno el que encargó y palomeó el diseño a CAF, la constructora de los 30 trenes que cuestan 18 mil millones de pesos, pero que son incompatibles. El ex gobernante capitalino abrió la línea con 3 mil 105 fallas y la puso en marcha con durmientes que no soportarían las 238 toneladas que pesa cada tren. Las averiguaciones e informes hoy públicos concluyen que hubo documentación apócrifa, sobrecostos y desvíos.
Todo eso lo sabe Marcelo, de ahí su necesidad de fuero; sí, pero sobre todo de plataformas para defenderse. Por eso el ex jefe de Gobierno ha decidido tomar por asalto un partido político, llegar a la Cámara de Diputados y desde ahí tratar de reinventarse. El problema para él es que su credibilidad está a la baja. No solo por la Línea 12, sino porque ha hecho del trapecio electoral su forma de sobrevivencia. Con MC acumula cinco partidos que le han dado cargos: antes lo hizo por el PRI, Verde, PCD y PRD.
Más aún, Ebrard llega a un partido en el cual —literalmente— todos caben. Desde la extrema derecha hasta la izquierda, pasando por el corporativismo y la vía armada. Lo de menos es la ideología, la congruencia y los principios.
¿Cómo entender, sino, que puedan convivir en el mismo partido el ex presidente del PAN Manuel Espino; el ex brazo derecho de Elba Esther Gordillo, Rafael Ochoa Guzmán; el ex líder de las autodefensas Hipólito Mora y ahora Ebrard? Todos serán candidatos a diputados. Entre ellos hay poco o nada en común. Quizá sólo la ambición los mantenga entrelazados.
Para Ebrard, MC será sólo un medio, y en el camino buscará apoderarse de la franquicia electoral para desde ahí construir su ansiada candidatura presidencial. La conferencia en que se anunció su nominación plurinominal no deja lugar a dudas. Él será la voz cantante, Delgado le hará segunda. Los suyos serán los protagonistas, tanto que su ex Jefe de Oficina y su ex secretario particular en el GDF, René Cervera y Adrián Michel, estuvieron en la mesa durante el anuncio.
Como con el escándalo del Metro, él marca la línea, Movimiento Ciudadano se somete. Por eso fue el coordinador de MC en la ALDF, Cuauhtémoc Velasco el encargado de la defensa política de Ebrard y hasta de armar manifestaciones a las puertas del gobierno capitalino para defenderlo. Por eso el vicecoordinador de ese mismo partido en San Lázaro, Ricardo Mejía, le dio acceso a la Comisión investigadora en la Cámara de Diputados.
A Marcelo no le bastaba con la diputación, necesitaba partido. Está en vías de adueñarse de MC. Será su nueva franquicia electoral.
Off the record... Si Leonel Luna y Víctor Romo están más que apuntados para hacerse de la coordinación del PRD en la ALDF a partir de la próxima legislatura, hay alguien más que también está ya en la disputa. Se trata de la jefa delegacional en GAM, Nora Arias, que además representa a Fuerza Democrática, grupo del que ella y Víctor Hugo Lobo son líderes y que no sólo ha crecido territorialmente, sino que duplicará su presencia en la Asamblea y en la Cámara de Diputados… Vaya papelón el de Agustín Torres. En menos de un mes fue y vino del PRD. Cuando le cerraron la puerta del sol azteca para ser candidato a delegado en Cuauhtémoc, corrió con el aspirante de Morena, Ricardo Monreal, y ahora que el PRD le ofrece una diputación, regresa como si nada. Un poco de pudor, al menos.
En boca cerrada... “Les prometí cargos si me ayudaban”
Muy quitado de la pena el jefe delegacional en Cuajimalpa, Adrián Rubalcava, señaló que sí contrató en su administración a integrantes del grupo de golpeadores a sueldo Los Claudios.
Twitter: @MLopezSanMartin
