Un recorrido por Chile, en el mero Centro Histórico

Jorge Medina-Mora E.

La calle República de Chile, mejor conocida como Chile, comienza donde la larguísima calle de Isabel la Católica, llega a su encuentro con Donceles.

En la esquina suroeste de esta intersección, en la casa de los condes de Heras y Soto, la escultura de un niño parado sobre un león mira el comienzo de Chile que toma camino hacia el norte. Desde ahí inicia un delicioso paseo urbano, adornado con edificios antiguos y escaparates relucientes, donde la alta costura se ve recreada en blancos vestidos de novia y coloridos atuendos de quinceañera.

Es recomendable caminar sin prisa las cuatro cuadras chilenas, ya que así se está en la posibilidad de mirar detenidamente las añejas construcciones, y de entrar en las tiendas para descubrir detalles que de otra manera no se aprecian. Cualquiera que le dedica un poco de tiempo, goza el recorrido. Pero para aquellos que en fecha próxima consumarán su boda o festejarán sus 15 años, el paseo no sólo es agradable sino que también resulta provechoso.

Chile comienza en el solar donde en 1535 estuviera la casa de Gerónimo de Medina, uno de los primeros pobladores de la ciudad. Ahora es un edificio de tres pisos que saluda a los que de día y noche circulan frente a él. Al primer tramo de Chile se le conoció durante la colonia como la calle del Esclavo; sólo por los azares del destino llegaron allí los comercios que visten y adornan el enlace de maridos y esposas. Uno tras otro, los locatarios se esmeran en exhibir todo lo imaginable, para que sus clientes sean felices en el pomposo día en que las señoritas chilangas son presentadas en sociedad y los novios se unen en matrimonio.

Los consumidores comparan precio y calidad no sólo en vestidos, también en zapatillas, accesorios, copas para el brindis, lazos, corsetería, lencería, diademas, canastas para los pétalos de rosa y hasta de los cojines bordados en los que han de hincarse los festejados. La calle termina al cruce con República de Cuba, antiguamente llamada de los Medinas.

En el segundo segmento de Chile, además de los aparadores de fantasía, luces y matices, destaca la presencia del Cine Venus con todo y sus películas triple equis. Un perspicaz paseante alguna vez comentó que esa sala está ahí por si los futuros esposos necesitan adquirir insospechadas técnicas sicalípticas. En el mismo edificio se encuentran quienes ofrecen banquetes y meseros, los que realizan el video y toman las fotografías oficiales, los que alquilan vajillas y los que musicalizan los bailes. Sobre el arroyo vehicular brillan coches de colección y limusinas que se rentan para que la protagonista llegue al festejo con todo lujo y arranque la exclamación unísona de los invitados. La calle acaba en la actual Belisario Domínguez que fuese llamada de San Lorenzo, por su cercanía al desaparecido convento.

En la época de la Nueva España, el tercer trecho de Chile fue conocido como el de la Pila Seca. Va de Belisario Domínguez hasta Perú, a la que se le denominaba la calle de la Puerta Falsa de Santo Domingo. Además de las exclusivas boutiques como Béssame en el #31, Sposa Nova en el #36 y Paladium en el #37, en el #33 está la cantina La Dominica, la que a veces ha servido para disimular los nervios que sienten los novios o para que el padre y el padrino de la quinceañera se animen a gastar una fortuna para tan significativa fecha, en la que la nena se convierte en un personaje de la realeza, aunque sea por un día.

A la mitad de este tercer intervalo hay una calle que sólo va al poniente y que se caracteriza por ser una de las más largas del Centro, no por su longitud, ya que sólo es de una cuadra, sino por el nombre. El que ahora lleva es Mariana Rodríguez del Toro de Lazarín. Antes simplemente era de La Misericordia. En una de sus esquinas, un mural efímero retrata a héroes mexicanos de historieta como Kalimán, Hermelinda Linda y El Santo.

Saltan a la vista los negocios que venden artículos de animación, ésos que no pueden faltar para que la fiesta no sea tachada de aburrida y sin sabor. En este rubro el abanico de opciones es grande porque incluye máscaras, sombreros, lentes y corbatas de plástico; mangas rumberas, pelucas, pantuflas, luces de colores y mil artículos más. Aquí hay para todo gusto, necesidad y presupuesto.

Al dejar atrás la calle de Perú, comienza la cuarta y última parte de Chile. Cabe hacer notar que esta cuadra es la que más puestos ambulantes tiene, en los que se consiguen desde los muñecos del pastel y tenis para novias, hasta sopes y tlacoyos con salsa verde y cebolla. Para rematar, al final de la calle un edificio moderno de tres pisos da cabida a la Plaza de la Novia ,con sus amplias vitrinas en la planta baja y sus maniquíes luciendo sedas, chifones y encantos de encajes. Chile termina en Honduras, antes calle de La Amargura. De ahí en adelante parten las calles de Comonfort y se entra al legendario barrio de la Lagunilla.

Fotografía: Al primer tramo de Chile se le conoció durante la colonia como la calle del Esclavo; por los azares del destino llegaron los comercios que visten y adornan el enlace de maridos y esposas.

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