Por cada mujer, un Hombre mirando al infinito

Mónica Garza

Llegó el mes de octubre y con él nuevamente las campañas, las estadísticas desoladoras y demás datos duros que suman al ánimo de prevención del cáncer de mama.

En nuestro país el diagnóstico de alrededor de 14 mil casos al año y la muerte de casi seis mil mujeres víctimas de esta enfermedad, ha puesto al sistema de salud un reto muy grande sobre la detección temprana, una mayor inversión en tecnología de punta y especialización.

Casi todos en este país hemos tenido cerca —o muy cerca— un caso de cáncer de mama, con el miedo, la desesperanza y esa transformación en la escala de prioridades cuando en el mejor de los casos se triunfa en la batalla.

En mis entregas de octubre para este espacio, quiero poner mi granito de arena en la concientización sobre la prevención del cáncer de mama compartiendo tres historias .

Hoy comienzo con una que indudablemente dejó huella en el corazón del mundo del arte plástico en nuestro país.

Bertha Riestra de Cuevas, la esposa del pintor José Luis Cuevas fue diagnosticada con cáncer de mama en 1998. En meses la enfermedad se creyó superada, pero pronto vinieron otras consecuencias.

Finalmente una leucemia le quitó la vida a quien fuera la incondicional compañera del enfant terrible del arte moderno mexicano, su gran promotora artística, la madre de sus hijas y por mucho, su gran amor.

Una tarde del año 2002, sentado en su estudio de aquella legendaria casa de la calle de Galeana en el Barrio de San Ángel, el maestro Cuevas me platicó cómo vivió el episodio de la enfermedad y muerte de Bertha.

Habían pasado ya dos años, pero el dolor intacto se expresaba por todos los poros del artista.

No está por demás mencionar que Cuevas ha sido un hipocondríaco incorregible, por lo que el cáncer de su mujer lo enfrentó con sus peores demonios, que se asomaron claramente en su obra de aquella época, en cuyos dibujos destacan seres atrapados dentro de cubos.

José Luis y Bertha dieron una batalla sin tregua durante cuatro años, desde el primer diagnóstico por cáncer de mama hasta la leucemia que se la llevó.

El pintor cuenta que una mañana acompañando a su mujer en su cuarto de hospital en la ciudad de Houston —donde era atendida—, ésta le preguntó, “Gatito (porque le decía Gatito), ¿me voy a aliviar?”.

Él se lo aseguró sin dudar, porque hasta el último momento tuvo la esperanza de estar viviendo un episodio que pronto recordarían como anécdota de sobremesa, en alguna de las típicas comidas de domingo que solían organizar rodeados de amigos en su casa de San Ángel.

Cuentan que el artista abandonaba su excéntrico personaje y repartía su llanto por los pasillos del hospital para que su mujer no lo viera.

Se rapó la cabeza en solidaridad con ella y en algun momento incluso, en medio de su negación a aceptar la sentencia, quiso regresarla a México donde quería creer que la enfermedad desaparecería si tan sólo se alejaban de aquel “mundo siniestro” —como él lo describía— de los médicos y las enfermeras.

El maestro estaba dormido en el cuarto de un hotel que se conectaba al hospital por un tunel de acrílico, cuando su hija María José lo despertó para darle la dolorosa noticia. Bertha

se había ido ya.

Los primeros meses posteriores, el dolor del artista se tradujo en su encierro, en la parálisis de sus pinceles y el polvo que se fue acumulando en su caballete. Pero también se refugió en su Cuevario que nunca dejó de escribir.

No sabía cómo aprender a vivir sin ella. “Mi papá no sabía ni firmar un cheque” me contó su hija Ximena en una entrevista, describiendo la dependencia que el pintor tenía de su esposa.

El regreso de Cuevas después de la muerte de Bertha, fue con el Hombre mirando al infinito, una escultura en homenaje a ella que hoy se encuentra en la Plaza Necaxa de la colonia

Cuauhtémoc.

Así terminó la historia de amor de José Luis y Bertha. A ella se la llevó el cáncer y él se quedó con su tristeza que luego refugió en una suerte de desmemoria. Hasta que el destino decida volver a juntarlos.

monica.garza@razon.mx

Twitter: @monicagarzag

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