La farsa, detrás del caso Iguala

La manera en que llevan el caso Iguala los cinco expertos de la CIDH y Vidulfo Rosales, el abogado de los familiares de las víctimas, adquiere visos de tramoya:

—Los expertos son juristas, pero niegan (sólo por negar y háganle como quieran) el trabajo de los científicos.

—El abogado sabe que los 43 están muertos, pero permite que los padres reclamen que se los entreguen vivos.

Expertos, abogado y otros prefieren vivir como en la fábula de Hans Christian Andersen en la cual los habitantes del reino saben que el monarca anda desnudo.

Pero simulan verlo vestido porque les advierten que sólo los tontos no pueden observar que viste un finísimo traje. La pantomima, en la leyenda de Andersen, acaba cuando un inocente crío la descubre y grita: “¡El Rey está desnudo!”

Sin embargo, en el caso Iguala, el abogado tomó el papel del niño de la fábula y acaba de aceptar que no tiene dudas: el cártel Guerreros Unidos y policías son los responsables directos de desaparecer y matar a normalistas de Ayotzinapa el 26 de septiembre de 2014.

Hay que escribir (para seguir el hilo de la farsa) que, antes, a Vidulfo Rosales se le escucha decir en un audio que algunos padres de los 43 recibieron 200 mil pesos de parte de… Guerreros Unidos. Dinero que, por cierto, en el audio se oye decir que no lo “repartieron” con el resto de los familiares.

Pero Vidulfo no tardó en dar un paso de la farsa hacia el sainete: reconoció que la voz del audio es suya, aunque los 200 mil pesos de los que habla con el padre de un asesinado son “donaciones que habría de entregar el sindicato del Instituto Nacional de Antropología e Historia, y no dinero del narco”.

Como sea, después de la difusión del audio, aseguró que “Guerreros Unidos es uno de los responsables de la desaparición de nuestros 43 estudiantes y el asesinato de otros más, junto con las corporaciones policiacas de Iguala y Cocula y el entonces presidente municipal del PRD, José Luis Abarca”.

En este entremés los expertos no van detrás, ¡eh!: se la jugaron sólo con el criterio de José Torero para tirar la versión oficial de que los cuerpos fueron quemados en el basurero de Cocula. Pero Torero es ingeniero civil y basó su estudio en “alguna variabilidad en la literatura”.

“Mi visita al basurero se reproduce en un par de fotos”, admitió Torero, quien después integró el Grupo Colegiado de Expertos sobre Fuego, que concluyó que en el basurero fueron incineradas al menos 17 personas en un incendio de grandes dimensiones.

Lo que inició como drama, expertos y abogado lo están convirtiendo en eso: una farsa.

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