“Joan Miró : El asesino del arte”

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Foto: larazondemexico

Barcelona, 1902, Joan (9) tolera burlas y presión familiar por su bajo rendimiento escolar, pero el día que había clase de dibujo él expresaba: “era como una ceremonia, me lavaba cuidadosamente las manos antes de tocar el papel y los lápices, estos instrumentos se convirtieron en objetos sagrados para mí y trabajaba como si estuviera llevando a cabo un rito”.

Proveniente de una familia burguesa, era impensable que se dedicara al arte, lo forzaron a estudiar comercio y a trabajar desde los 17, al enfermar de Tifus pensó que moriría, cuando se recuperó dos años después decidió hacer lo que sentía en su interior: ser pintor.

Instalado en Paris pasó por varios estilos (dadaísmo, fauvismo) fue incluido entre los surrealistas, el grupo lo consideró digno de integrarse, pero Miró (37) expresa su deseo de asesinar a la pintura, como un rebelde nato está en contra del arte clásico que considera como la propaganda de las clases acomodadas y se niega a adquirir los compromisos que exigen los surrealistas.

El estilo de Miró que busca la libertad se consolida en un evento traumático que sucedió en 1930: era la boda de su hermana con un hombre de la extrema derecha y en plena fiesta un amigo le avisa que por ser comunista será atrapado en unos momentos por la FAI (Federación Anarquista Ibérica), el artista escapa y sufre persecución y carencias en la Guerra Civil Española un suceso imborrable que marca su sensibilidad y estilo. Sobre el lienzo van surgiendo figuras irreales, gigantescos protozoos imaginarios que se retuercen, arrastran o vuelan, con cuerdas que atrapan, representan la agresión de los hombres en guerra. La técnica de Miró es minuciosa y dominadora del color. Su efecto de conjunto armonioso y bello, muy atractivo que subyuga con un mundo alienado que se adivina en su obra.

El estrés post-traumático se desarrolla por ser testigo o haber vivido un accidente violento, una guerra o un desastre natural, se presentan: ideas recurrentes acerca de lo sucedido y pesadillas repetidas.

A veces se agrega depresión o abuso de alcohol o drogas. El tratamiento es psicoterapia.

Miró, quien desde niño luchó por su independencia, cuando sintió que la perdía sufrió esta enfermedad y en vez de asesinar a la pintura le dio vida a la libertad en sus inmensos cuadros del océano y resolvió su conflicto. Su éxito radicaba en su capacidad de seducir al público con su lenguaje de formas onduladas y sus atractivos colores.

Tuvo todos los premios que un artista plástico puede imaginar, su obra queda como un legado para la humanidad.

Falleció en Palma de Mallorca el 25 de diciembre de 1983, tenía 90 años, está enterrado en Montjuic, Barcelona.

En sus palabras: “Considero que para hacer algo en el mundo se ha de sentir amor al riesgo y a la aventura… saber prescindir de eso que el pueblo y la familia llaman porvenir”.

Médico Psiquiatra y Psicoterapeuta

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