Charles Darwin transformó nuestra concepción acerca de la naturaleza cuando sostuvo que las especies animales, en su lucha para sobrevenir ante las condiciones adversas del medio ambiente, pueden extinguirse o pueden evolucionar para adaptarse mejor a las circunstancias. Otros autores, como Herbert Spencer, adoptaron las ideas de Darwin al campo de la sociología: los grupos humanos, como las especies, pueden extinguirse o adaptarse.
El organismo político más importante de la historia de México ha sido, sin lugar a dudas, el PNR, fundado por Plutarco Elías Calles en 1929. Desde una lectura darwiniana de la historia de México podría decirse que el PNR no se extinguió, sino que evolucionó en el PRM, el PRI, el PRD y Morena.
En 1938 desapareció el PNR y se fundó el PRM. El PNR había sido el partido de Calles, el PRM era el partido de Cárdenas. Pero muy pronto fue evidente que el PRM no podría durar mucho tiempo. La ideología del partido estaba demasiado a la izquierda en el entorno de Guerra Fría. En 1946 desapareció el PRM y nació el PRI, un partido con una flexibilidad ideológica y una eficiencia política extraordinarias.
En 1987, la Corriente Democrática del PRI se separó del partido ante la imposición de Carlos Salinas de Gortari como candidato para la elección presidencial de 1988. Se fundó el Frente Democrático Nacional que postuló a Cuauhtémoc Cárdenas. En 1989 se fundó el PRD como un bloque que agrupaba, por vez primera en la historia de México, a las fuerzas de la izquierda nacionalista revolucionaria con los de la izquierda comunista.
En 2014 se aceptó el registro del partido Morena. En las elecciones de 2018 sucedió algo insólito: tres descendientes del PNR lucharon por el poder. Como sabemos, el partido más joven, Morena, arrasó en las elecciones. Sus primos jorobados y enfermos, el PRI y el PRD, perdieron estrepitosamente.
No resisto la tentación de retomar la analogía darwiniana. En un entorno inestable, la especie más joven, la mejor adaptada a las nuevas circunstancias, se impuso frente a las especies más viejas y menos adaptadas al clima cambiante.
“En 2019, después de haber perdido la elección de manera estrepitosa, el PRI está en el momento más bajo de toda su historia, peor, incluso, que en 2001. Para sobrevivir tendrá que asumir la regla de ‘adaptarse o morir’”
[caption id="attachment_928087" align="alignnone" width="1068"] Simpatizantes del PRI, durante un evento que se realizó en la explanada del Monumento a laRevolución, el 29 de mayo de 2016. Foto: Cuartoscuro[/caption]
“No resisto la tentación de retomar la analogía darwiniana. En un entorno inestable, la especie más joven, la mejor adaptada a las nuevas circunstancias, se impuso frente a las especies más viejas y menos adaptadas al clima cambiante”
El PRD se fundó en un momento en el que la izquierda mundial abandonó la opción de la lucha armada y adoptó la estrategia de la lucha política. Para llegar al poder la izquierda no debía hacer revoluciones sino ganar elecciones. El PRD se convirtió en una maquinaria política que ganó todo excepto la Presidencia de la república. Sin embargo, no parece una exageración sostener que hoy en día el PRD está agonizando. No sólo se trata del golpe humillante de su derrota ante Morena, sino de algo más profundo. Morena representa un nuevo modelo de política desde la izquierda que ha dejado atrás al del PRD. Morena es la opción de la izquierda populista que se ha desligado de la izquierda liberal.
La escisión de la Corriente Democrática fue un duro golpe para el PRI. El Presidente Salinas hizo poco para revitalizarlo. La creación del Programa Solidaridad construyó una estructura de poder alterna. Las malas lenguas decían que Salinas pretendía convertir a Solidaridad en su partido político. El asesinato de Colosio fue otro golpe terrible para el PRI. Y, por si fuera poco, el Presidente Zedillo se encargó de darle la puntilla cuando entregó al poder al PAN. En 2000, el PRI dejó de ser un partido de Estado. En el papel, era como el PAN o el PRD, otro partido de oposición. Sin embargo, para sorpresa de muchos, no murió: se adaptó. Esa adaptación lo llevó otra vez a la Presidencia en 2012. Se habló entonces del “Nuevo PRI”. Pero ese Nuevo PRI, que tenía todo para permanecer en el poder durante décadas, se auto-destruyó fatalmente.
En 2019, después de haber perdido la elección de manera estrepitosa, el PRI está en el momento más bajo de toda su historia, peor, incluso, que en 2001. Para sobrevivir tendrá que asumir la regla de “adaptarse o morir”. El PRI necesita una refundación: nuevas siglas, nuevos colores, nuevas ideas, nuevos perfiles. En caso de que el Dr. José Narro, médico titulado, sea el próximo líder del partido, tendrá que realizar un parto por cesárea, de otra manera, tendrá que firmar un acta de defunción.

