El abecedario de Fray Gabriel

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Foto: larazondemexico

El pasado 26 de noviembre, Fray Gabriel Chávez de la Mora alcanzó la edad de 90 años.

Fray Gabriel fue el primer egresado de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Guadalajara. Inmediatamente después de recibir su título, ingresó a un convento benedictino en Cuernavaca. Sin embargo, ese no fue el final, sino el comienzo de una brillante carrera como arquitecto.

Chávez de la Mora renovó, de acuerdo con los principios de la arquitectura más reciente, el concepto vital y material de lo que es una iglesia mexicana. En contra del diseño tradicional, en forma de nave, Chávez de la Mora concibe un espacio más íntimo, más cercano, más adecuado a la nueva experiencia de la liturgia, sobre todo después del Concilio Vaticano II. Entre sus muchas construcciones, destacaría su célebre Capilla Ecuménica de la Paz, construida en 1971, en Acapulco, una obra que ya puede considerarse como clásica de nuestra arquitectura.

Pero Chávez de la Mora no ha sido sólo un destacado arquitecto. Su extensa obra comprende, además de iglesias completas, renovaciones de edificios, diseño gráfico, orfebrería, vestuario, mosaico, esculturas y tipografía. Sobre esta última quisiera hacer algunas observaciones.

Las fuentes tipográficas diseñadas por Chávez de la Mora —una de ellas, la más popular, conocida como fuente “Fray Gabriel”— han sido reproducidas millones de veces. Podría decirse que con esas letras, imaginadas por el arquitecto tapatío, se ha escrito el mensaje de la Iglesia católica mexicana de las últimas décadas. En uno de sus alfabetos quedó inscrita en la Basílica de Guadalupe la frase “¿No estoy yo aquí que soy tu madre?”. Pero además de esta celebérrima  inscripción, las letras de Chávez de la Mora se han usado en incontables muros de iglesias, libros, revistas, tarjetas, invitaciones, separadores, joyas, objetos litúrgicos, cuadernos, camisetas, pósters, etcétera. No creo que haya un mexicano que no haya visto algo escrito con esas letras, tan características, tan fácilmente reconocibles.

La tipografía de Chávez de la Mora tiene una asombrosa sencillez funcional pero, a la vez, una extraordinaria calidez tonal. Es una letra que resulta moderna y, al mismo tiempo, clásica. La fuente está compuesta de letras mayúsculas, aunque hay una versión de las minúsculas con cambios mínimos. Llaman la atención la letra “a”, que se simplifica a dos líneas con un ángulo, como si fuera una “V” invertida, la letra Q, que se parece a una letra “psi” griega, con la circunferencia completa y la línea cruzando justo en el centro, y la letra “R”, que parece una “P” con una rayita diagonal en la parte inferior. Hay algo juguetón en la tipografía que, cuando se usa para inscribir la palabra de Dios, le da un asombroso poder de recepción.

Chávez de la Mora sigue muy activo. Una de sus obras más recientes es el gigantesco vitral que adornará el Santuario de los Mártires en Guadalajara.

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