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Policías estatales, riesgosa diferencia

Salvador Guerrero Chiprés
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Salvador Guerrero Chiprés *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. Foto: larazondemexico

Homogeneidad y homologación de capacidades policiales son tanto meta como desafío. Frente a las violencias internas y amenazas externas, es necesario estandarizar a las policías locales sujetas a malos salarios, liderazgos modestos, para decirlo optimistamente, procesos de corrupción e inclusive supeditación a lógicas de naturalización delictiva.

El diagnóstico actual, realista y elaborado por el mismo Gobierno federal, muestra disparidades en cuanto al número de elementos por cada mil habitantes, en la formación y capacitación, así como debilidades en labores de inteligencia.

Los estándares internacionales de la ONU y el Banco Mundial recomiendan entre 2.8 y 3 policías por cada mil habitantes. Un estudio publicado en el Diario Oficial hace una semana establece, que, en México, hay uno por cada mil.

La tasa, señala el “Panorama Estratégico de la Seguridad en México: Estado de Fuerza, Percepciones y Capacidades Institucionales 2023-2024”, evidencia un importante déficit de personal policial, en la mayoría de los casos y una variación gigantesca entre estados.

En la Ciudad de México hay cuatro elementos por cada mil habitantes, con lo cual supera en más del doble a la segunda, que es Tabasco con 1.55; la más baja es de 0.3 en Querétaro. Entidades como Sinaloa, Guanajuato, Zacatecas o Guerrero, donde se han concentrado expresiones de violencia, tienen 0.31, 0.61, 0.56 y 0.98, respectivamente. No es una buena plataforma y exigiría mucho de la estructura nacional líder, obligada a compensar las deficiencias.

Esta heterogeneidad no sólo se refleja en el número de efectivos, sino también en la calidad de la formación, los niveles salariales y las condiciones laborales, lo cual impacta directamente en la eficacia operativa y en la confianza ciudadana. Según la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública 2024 del Inegi, sólo el 61.5 por ciento de la población nacional tiene confianza en la policía estatal.

Desde la Ciudad de México, la ahora Presidenta Claudia Sheinbaum impulsó en 2018 un proceso de fortalecimiento de la Policía, con facultades de investigación y una apuesta centrada en la inteligencia policial. Aspectos continuados y profundizados por la Jefa de Gobierno, Clara Brugada, con un respaldo al desarrollo tecnológico junto con capacidad investigativa y probatoria, como por ejemplo con la ampliación en el número de cámaras del C5.

En contraste, hay una relativa homogeneidad de las violencias y de los grupos delictivos de alto impacto generadores de las mismas, con características similares en las regiones donde tienen presencia.

Homogénea aparece la amenaza externa. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, puede catalogar como terroristas a los cárteles del narcotráfico o endurecer las políticas migratorias. Para enfrentar su narrativa, no ayuda la heterogeneidad policial local.

Es imperativo abatir las diferencias en contra de la seguridad municipal y estatal.

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