Pensar en México como mexicano es traer a la mente desde el sabor a la comida, a la calidez y normalidad de un abrazo, un beso, una porra y hasta la ola en el estadio.
Luego vendrán nuestras cualidades no tangibles pero sí visibles, como el esfuerzo, la solidaridad, la lealtad a nuestro orígenes, las ganas de salir adelante, nuestra creatividad y hasta el emprendimiento.
Pero también tenemos las cualidades negativas como todos. También nos gusta lo fácil, hemos aprendido al “qué tanto es tantito”, preferimos el camino corto que puede incluir una “mordidita”, y bueno como toda marca tiene sus dos lados y es por ello que solo existe un mercado en específico que la consume.

Magnicharters, de pena
México es consumible por casi todo el mundo, nuestras playas, nuestra gente, nuestro clima, nuestra comida, nuestras tortillas, frutas, verduras y mucho más.
Hoy nuestra marca se enfrenta ante un villano y un enemigo que busca desprestigiarla a como de lugar.
Durante estas primeras semanas de la presidencia de Donald Trump y su tajante decisión de deportar a todo inmigrante ilegal, a lo cual quizá no esté del todo mal a la hora de poner orden y hacer cumplir sus propias reglas en su propio país.
Pero el problema viene de sus formas, de la carencia de humanidad y respeto a los derechos humanos de todos y cada uno de ellos.
Lo que ha pasado es que han salido a las calles de Denver, Phoenix, Washington D.C. y Los Ángeles, y otras más hombres y mujeres mexicanas y de otras nacionalidades a defender a los suyos y a su forma de vida que les ha costado sudor, sangre y lágrimas.
La foto es de algunos manifestantes en Los Ángeles ondeando la bandera mexicana, y aquí en una imagen pero los videos que han circulado por redes sociales nos agrega el sonido de los claxons.
México lindo y querido. México con sus colores vibrantes y el coraje de su águila a la mitad de la sangre y la libertad.
La chica ondea nuestra marca, nuestro pasado, presente y futuro, porque no imagino no defenderla antes, durante y después de cualquier conflicto.

Pero ellos tiemblan ante el futuro de poder ondear la bandera en las calles de este país que tanto los ha visto sufrir.
Ahora, al ver tantos coches y camionetas defendiendo a México, creo también que son los inmigrantes que han logrado ponerse en regla con sus papeles. Salen envalentonados y con la certeza de que si los detienen, no hay forma de de deportarlos.
Pero entonces son esa generación que ha crecido en Estados Unidos trabajando y dejando de lado a la familia, las historias de la cuadra, al novio, a la esposa, a los hijos.
Ellos hacen bien a cualquier país, porque a diferencia de nuestro villano, no somos exportadores de fentanilo, ni todos estamos aliados con el narco, ni somos delincuentes.
Esta foto representa al orgullo mexicano y la esperanza de que todo siempre avance, con la luz del semáforo al fondo en verde.
Somos amigos de los demás y nos volvemos aliados, aunque las banderas cambien de color.
Porque eso somos los mexicanos, una marca que se contagia, y si no, basta que mire la foto e imagine el sonido de cada auto y la energía entre cada bandera
La marca México es más de los que llegan cada seis años y se la buscan apropiar volviéndola negativa y peligrosa para el mundo.
Esta marca se defiende y los mexicanos sabemos hacerlo.

