JUSTA MEDIANÍA

Cabeza fría

*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. Foto: La Razón de México

“Cabeza fría, corazón caliente”, repetía con frecuencia el presidente Andrés Manuel López Obrador. El líder social más importante de la historia moderna de nuestro país solía mostrar calma al escuchar y al expresarse, utilizando la pasión como combustible de su persistencia, pero manteniendo una actitud serena prácticamente en todo momento, incluidos los de mayor apremio.

Con esa misma calma ha enfrentado la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo estos primeros meses de su gobierno, mismos que han estado plagados de obstáculos y amenazas. Probablemente, la más importante de ellas la encarna el presidente Trump, en un segundo mandato, que ha hecho de la propaganda y las acciones de política exterior parte importante de su estrategia de gobierno.

A cada declaración del presidente norteamericano se ha respondido con cabeza fría, privilegiando la prudencia en un entorno sumamente complicado. La amenaza de mayor relevancia fue la de la imposición de aranceles al comercio con México, misma que lucía inminente y que, después de una —muy productiva— llamada telefónica entre los mandatarios de ambos países, se vio encorchetada durante 30 días, lo que, más que representar un respiro para la economía mexicana y sus distintos sectores, reafirmó la presencia de nuestra mandataria en la mesa, respaldada por una economía sólida compuesta por distintos actores.

Posteriormente, de manera súbita, el presidente Trump decretó aranceles al acero y aluminio procedente de México. Esta medida se prevé entre en vigor el próximo 12 de marzo. Es importante recalcar que la mitad del acero que importa Estados Unidos proviene de México, Brasil y Canadá. No obstante, compramos más acero a Estados Unidos del que le vendemos, mismo que utilizamos para la fabricación de diferentes productos de consumo nacional y exportación, cuyos precios se verían afectados si el Gobierno de México decide responder a los aranceles estadounidenses con una medida similar. Como resultado de la medida que entrará en vigor en las próximas semanas, el mercado norteamericano deberá encontrar una fuente de acero y aluminio más barata o absorber el incremento en el costo derivado del nuevo arancel, que usualmente suele siempre afectar al consumidor final.

México, además de una vecindad geográfica, mantiene una sociedad económica y social primordial con Estados Unidos; por ello, la madurez y serenidad con la que la Presidenta mexicana ha encarado la situación, resulta digna de reconocimiento.

Las medidas comerciales han sido acompañadas por el fortalecimiento de las estrategias de seguridad, encaminadas a disminuir la migración y el tráfico de drogas, dos de los problemas que mayores afectaciones generan en la región.

Frente a un mandatario como Donald Trump, que pareciera encarar su segundo periodo con un espíritu de venganza, será la inteligencia, la prudencia y la calma del Gobierno de México lo que permita salir lo mejor librado. PEnhorabuena por nuestra Presidenta, que en este complejo arranque ha logrado resultados más que aceptables.

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