BRÚJULA ECONÓMICA

Empleo formal: resultados decepcionantes

*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. Foto: larazondemexico

A la luz de los indicadores de la actividad productiva, ha quedado claro el proceso de desaceleración económica que comenzó en el último trimestre del año pasado, cuando la economía mexicana registró una reducción de la producción del 0.6% en comparación con el tercer trimestre. Sin duda, éste es un dato negativo que refleja, fundamentalmente, un menor dinamismo en la inversión y el consumo de las familias.

Esta debilidad en el crecimiento económico se ha traducido en resultados desfavorables para el mercado laboral mexicano. Para una evaluación precisa, es conveniente revisar los datos sobre el empleo formal.

La información sobre el número de trabajadores afiliados al IMSS ofrece una idea clara de la dinámica del empleo formal. Los datos de enero muestran una pérdida de dinamismo muy significativa. Al cierre de 2024, la generación de empleo fue de sólo 214 mil puestos de trabajo en comparación con diciembre del año anterior. Además, en enero se profundizó esta pérdida de dinamismo, con una generación anual de 178 mil empleos, la cifra más baja en 45 meses. La debilidad en la creación de empleos a finales del año pasado y principios de éste contrasta con los tres años anteriores, cuando, en promedio, se crearon alrededor de 750 mil empleos.

Varios factores explican los resultados negativos en materia de empleo formal. En primer lugar, la desaceleración económica mencionada anteriormente afecta de manera directa y generalizada. En segundo lugar, hay un elemento preocupante relacionado con la capacidad de generación de empleo formal vinculada al crecimiento económico.

Según cálculos propios, hasta 2023, la economía mexicana generaba un aumento en el empleo formal cercano a 1.3 puntos porcentuales por cada punto porcentual de crecimiento del PIB. Esta relación contrasta con lo observado el año pasado, cuando el avance del 1.0% en el empleo fue menor al crecimiento de la economía, que fue del 1.5%. Como resultado, la elasticidad, o capacidad de generación de empleos, disminuyó a 0.66.

Esta pérdida de capacidad para generar empleos se debe en gran medida a la caída de la producción y el empleo en la industria de la construcción durante la segunda mitad del año pasado y principios de éste.

En efecto, durante el primer trimestre de 2024, la actividad de la construcción registró un vigoroso aumento anual del 9.5%. Sin embargo, con la finalización de las obras públicas del sexenio anterior, se produjo una parálisis en la actividad del sector, lo que llevó a una caída en su producción del 6.8% en el cuarto trimestre, resultando en la pérdida de 114 mil empleos al final del año.

En consecuencia, esta pérdida de fuerza en la generación de empleos formales, debido a la parálisis de la inversión pública en construcción, es un factor coyuntural —y, por tanto, temporal—, aunque seguirá afectando los resultados en la primera mitad de este año.

Las estimaciones de diversas encuestas anticipan que, posiblemente debido a este factor y al menor crecimiento económico, la creación de empleos formales volverá a ser insuficiente este año, estimándose sólo alrededor de 275 mil puestos de trabajo. Revertir las tendencias descritas no será fácil; se requiere una mayor inversión y crecimiento económico para que el empleo siga aumentando.

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