POLITICAL TRIAGE

Alemania debilitada tras la elección

Montserrat Salomón. *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Montserrat Salomón. *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. Foto: La Razón de México

Este domingo los alemanes acudieron a las urnas para elegir a su próximo canciller. El resultado da cuenta no sólo de las tendencias internacionales sino del estado convulso que se ha vivido en Alemania en los últimos años. La gran afluencia en las casillas y la evidente fragmentación del voto presagian meses complejos para lograr las alianzas necesarias para formar gobierno.

El ganador fue el conservador Friedrich Merz de la unión democristiana de los partidos CDU y CSU, pero sólo alcanzó 29% de la votación, por lo que necesitará una alianza amplia para gobernar. Los grandes perdedores fueron los partidos de izquierda y los liberales, que anteriormente fueron pieza clave en las elecciones. El gran ganador fue, en segundo lugar, el partido Alternativa por Alemania (AfD), de extrema derecha, que duplicó su resultado de hace cuatro años con 21% de los sufragios.

Alineados con las tendencias globales en las que hemos visto un ascenso meteórico de la ultraderecha, AfD se colocó como el partido de mayor crecimiento entre los votantes y primera fuerza de la oposición. Su éxito se centró en la antigua Alemania Oriental y en los grupos demográficos de varones, personas de baja escolaridad y en los ciudadanos de entre 40 y 60 años. Los jóvenes y las mujeres tendieron hacia partidos de izquierda, centroizquierda y el partido verde, mientras que los alemanes mayores de 60 años dieron su apoyo mayoritariamente a los partidos conservadores.

Merz ha rechazado una alianza con la AfD, aunque en el pasado han votado en conjunto para endurecer las leyes de inmigración. Se espera que el gobierno quede formado con una alianza con los socialdemócratas y el Partido Verde. Sin embargo, esta alianza apenas le dará los escaños suficientes para una mayoría que estaría tan fragmentada que posiblemente tenga problemas para mantenerse y funcionar con eficacia.

En tiempo de inflación desde la invasión de Rusia a Ucrania, con la amenaza de un Putin agresivo y apoyado por Trump, con un EU dándole la espalda a la OTAN y a Europa y con la ultraderecha fortaleciéndose dentro y fuera de sus fronteras, Alemania necesita encontrar su centro rápidamente. Sin embargo, esta elección muestra a una sociedad dividida y a un Gobierno debilitado. Es el escenario perfecto para el ascenso de partidos radicales que optan por aprovechar la polarización y los momentos de necesidad para ofrecer salidas fáciles que suenan atractivas a los votantes. Un enemigo común, un discurso apasionante. El nacionalismo que busca salvar y preservar lo propio en momentos de incertidumbre. La melodía de una flauta que nos atrae y nos lanza sin darnos cuenta a un precipicio. Como dijo Twain: “La historia no se repite, pero a menudo rima”.

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