LAS BATALLAS

La ejecución

*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. Foto: larazondemexico

En su apogeo, Rafael Caro Quintero portaba siempre una pistola Colt .38 Super con empuñadura con incrustaciones de diamantes y la inscripción “R-1” escrita en oro; y, en su apogeo, Vicente Carrillo Fuentes “El Viceroy” —quien había heredado de su hermano Amado “El señor de los cielos” el Cártel de Juárez— hundió a México en una década de derramamiento de sangre.

Así resume el Departamento de Justicia de Estados Unidos a estos dos capos de la droga, enviados a Estados Unidos la semana pasada por el gobierno de México ante el riesgo, de acuerdo con el gabinete de seguridad, de que recibieran privilegios de jueces mexicanos.

La narrativa generada por la justicia de Estados Unidos, más allá de la beligerancia discursiva del presidente Donald Trump, no perdonará a ninguno de los 29 capos de la droga que recibieron la semana. Pero este par de narcotraficantes que, cobijados por un anquilosado sistema de corrupción del pasado, retaron a los estadounidenses, serán ejemplo.

Caro Quintero, identificado por la justicia estadounidense como “El narco de narcos”, y Carrillo Fuentes “El Viceroy” están a un paso de ser los primeros narcos mexicanos en ser condenados a muerte. “Ambos acusados ​​enfrentan cadena perpetua obligatoria y podrían enfrentar la pena de muerte si son condenados”, sentenció el viernes el Departamento de Justicia.

Fuentes del gabinete de seguridad nacional comentaron a este columnista que México jamás entregaría a una persona a un país donde pudiera ser condenada a muerte, pero que en el caso de los narcos mexicanos eso se decidirá en los tribuales en un proceso con las reglas del juego que impone la justicia de Estados Unidos.

Apenas el viernes, el Departamento de Justicia emitió una larga tarjeta informativa sobre el R1 y El Viceroy. Fue contundente en cada señalamiento que hizo a los narcos mexicanos, ambos miembros del cártel de Sinaloa en su momento y confrontados por el protagonismo de Caro Quintero y El señor de los cielos.

El “narco de narcos” o R1, como identifica el Departamento de Justicia a Caro Quintero, enfrenta la persecución de la DEA por el secuestro, tortura y asesinato hace casi 40 años de Enrique “Kiki” Camarena, un agente desplegado en México en los 80 para enfrentar la expansión del Cártel de Guadalajara y el crecimiento de los de Sinaloa, Tijuana y Juárez.

Caro Quintero fue procesado por cuatro cargos: liderar una empresa criminal continua, que incluye diez violaciones, entre ellas una conspiración de asesinato; además de dos cargos de conspiración de distribución internacional de narcóticos; y uno por el uso ilegal de armas de fuego para promover el tráfico de drogas.

Carrillo Fuentes fue procesado por una acusación de siete cargos: liderar una empresa criminal continua, que incluye seis infracciones, entre ellas una conspiración para cometer asesinato; distribuir cocaína; uso ilegal de armas de fuego para promover el tráfico de drogas; y lavado de dinero.

Ambos fueron llevados ​​ante un juez del Distrito Este de Nueva York y sus acusadores fueron letales:

“Durante décadas, Rafael Caro Quintero y Vicente Carrillo Fuentes han inundado los Estados Unidos y otros países con drogas, violencia y caos, matando a tantas personas en su búsqueda de poder y control, incluyendo en el caso de Caro Quintero la brutal tortura y asesinato del agente especial de la DEA, Enrique Camarena.

“No importa cuánto tiempo lleve o dónde se esconda, la DEA sigue siendo paciente y comprometida en nuestra búsqueda global para apuntar a aquellos individuos que han traído violencia y destrucción a nuestras comunidades. La DEA se asegurará de que se haga justicia”.

“No se equivoquen: el mundo es, sin duda, un lugar más seguro con estos hombres detenidos en los Estados Unidos. Carrillo-Fuentes y Rafael Caro Quintero son terroristas despiadados que usaron el miedo como táctica para intimidar a sus rivales y al público”.

En su tarjeta, el Departamento de Justicia hace un recuento pormenorizado de la vida criminal de Caro y Carrillo Fuentes dejando claro que si son declarados culpables, que lo serán, podrían enfrentar la pena de muerte…

RADAR

Pese a la ofrenda, habría aranceles, sí o sí.

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