Ficciones, mentiras descaradas, medias verdades o visiones sesgadas por sus propias creencias o tácticas de imposición autoritaria, se evidencian en la manipulación arancelaria del presidente Donald Trump.
Falacia. “Enormes cantidades de fentanilo han entrado a nuestro país desde México y, como saben, China.” Si “el pez por su boca muere”, el estadounidense lo haría con los datos de su gobierno. Según la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos, las incautaciones de esa droga en ese país, provenientes del nuestro, se redujeron 50 por ciento entre octubre de 2024 y enero de este año.
Amenaza y guasa críptica. “Están siendo castigados con aranceles. Es un arma muy poderosa. A los grandes granjeros de Estados Unidos: prepárense para hacer muchos productos agrarios para ser vendidos dentro de Estados Unidos (...) ¡Diviértanse!” Trump en modo Trump.

Magnicharters, de pena
Frente a las medidas proteccionistas del momento, las trascienden otras realidades. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) ha señalado el riesgo de perturbación en las cadenas de suministro y el crecimiento. El magnate a contracorriente. Todos los medios financieros nacionales y globales ilustran el desajuste incipiente iniciado por el republicano.
La Presidenta Claudia Sheinbaum es la comandanta a cargo de la defensa de la soberanía. Al convocar a la congregación dominical en el Zócalo, se convierte en la voz de la nación entera. Integrantes educados y racionales de la oposición la acompañan en tanto representante de una enorme mayoría de mexicanas y mexicanos, repentinamente arrojada a una incertidumbre con apariencia ominosa. El eco de la expectativa colectiva repercutirá en los rincones de todo el territorio este 9 de marzo.
La Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada, respalda la movilización encendida por Sheinbaum para acompañar tanto propuestas como firmezas. Tiempo de unidad y respaldo.
Desde Canadá, Justin Trudeau anuncia aranceles a productos estadounidenses y busca a México para un frente común, previamente descuidado por él mismo. Asociación tardía en política y comercio. Como a veces en la cancha.
El otro terreno de juego se mueve. Más allá de la oscura coyuntura. Norteamérica es también el Mundial de Futbol 2026, una realidad aún intocada por Trump. El icónico Estadio Azteca avanza en su remodelación y se adapta a una oferta integral, donde la capital mexicana es punta de lanza con el liderazgo de Brugada y Alejandra Frausto.
Trump regresa a una etapa de capitalismo primario para Norteamérica, mientras las poblaciones se arrojan a los brazos de la colaboración deportiva corporativa.
Con el balón no hay aranceles. Lo decía Eduardo Galeano: “El futbol es la única religión que no tiene ateos”. Sin mentiras ni medias verdades. El Mundial es de una Norteamérica colaborativa y Trump es su principal adversario.

